Las catedrales fueron la
máxima expresión del arte religioso. Una donde se combinaba el trabajo de los
artesanos, constructores y artistas a través incluso de varias
generaciones que realizaban un mismo oficio. Eran la concreción edificada
sobre roca material y también una que se afirmaba en la existencia de una
verdad trascendente. Era el ofrecimiento de lo mejor para el culto
a Dios en una comunidad. Así surgen estas construcciones símbolos y
signos de ciertas épocas-teocéntricas- donde se conservan hasta hoy artes
diversos y orfebrerías constructivas que se elevaban a lo alto
simbolizando también de una u otra forma el destino trascendente del
hombre. Entones algo indiscutido, venerado,respetado y unánimemente aceptado.
Eran lugares de encuentro de ese hombre con Dios.También espacios donde se
acogían a los despreciados; a los perseguidos.
Quasimodo-casi hecho-
,personaje de esta historia, era jorobado, deforme, tuerto y sordo . Era
contrahecho. No así la pureza de su alma , por contraposición. Un ser
físicamente horrendo. Había sido abandonado en las puertas de la
catedral de Notre Dame de Paris. Víctor Hugo crea así este personaje, marginado
de la sociedad parisina y que encuentra refugio en esa edificación
eclesiástica. Describe el autor la relación de este campanero y la
catedral como una sola alma unificada.Es ahí donde Quasimodo encuentra un
refugio del mundo que lo repudia injustamente.
En algun pasaje de la obra
de Víctor Hugo llegará incluso a exclamar:
Oh,¿ por qué yo no seré de
piedra como tú? En sus andanzas¡ diarias entre los campaniles y techos de la
catedral donde deambula y transcurre su vida . Alejado del mundo externo hostil
y amenazante para él y su condición.
Solo la gitana Esmeralda,
lo hará descubrir otra bondad posible y operativa en otro semejante, además del
archidiácono Frollo que lo ha acogido en el recinto religioso.
Victor Hugo intentó llamar
la atención de las autoridades del París del siglo XV por el mal estado y
abandono en que se encontraba la iglesia. No solo tuvo aceptación sino además
la reparación de Notre Dame comenzó rápidamente.
Hoy las catedrales además
de representar un patrimonio histórico son también manifestación de uno
intangible e igualmente importante y necesario. El de los valores, creencias y costumbres
y tradiciones de un pueblo. La construcción no es sino la encarnación en
concreto y la manifestación de esos valores y creencias. Unos que para
muchos parecen monumentales, e inamovilbles, casi hiératicos. Casi arcaicos y
pasados de moda. Sin embargo, al contrario, continúan siendo lugares y espacios
de vida y para la vida. Unos donde el hombre puede encontrar aún su conexión
más propia y personal con un otro que lo acoge y más aún lo espera siempre.Un
lugar de asamblea con otros y de común alabanza y agradecimiento a un otro.
De donde se infunde nueva vida a muchas rocas vivas, las mismas que
construyen no solo ediificios hoy sino también una sociedad. Una
que se levanta no solo como patrimonio tangible sino
esencialmente como uno intangible,pero tanto o más importante que el primero y
al cual plasmará luego.
Hoy en que muchos se
jactan del patrimonio "despatrimonializado",en concreto el acto
violento en la catedral.Al justificar esta acción algunos
señalaron"ese es un patrimonio -útil- que es precisamente para el que fue
concebido:el bien común,la vida comunitaria,la identificación social y el
simple hecho de vivir en comunidad,tolerándonos-,respetándonos-como parte de
una sociedad que potencie nuestras diferencias y que se adecúe a los
cambios".
No hay duda los tiempos
han cambiado. El hombre y sus afanes también. Y el patrimonio hoy admite muchas
acepciones variadas. Algunas sorprendentes. Unas en las cuales mal podríamos
encontrar a un Quasimodo, a una Esmeralda. Y muchísimo menos un real
respeto.Hoy mal llamado tolerancia. Los hechos que hemos vivido lo demuestran.
Poco suenan las campanas
hoy. Más bullen las violencias y los asaltos y dudo que algun niño sea dejado
hoy-por los motivos que sean- precisamente en las puertas de una catedral.
O que una abortista vaya a
claudicar de sus propósitos aminorando el empoderamiento sobre su propio
cuerpo. Un mundo paradojal tristemente sorprendente.
Hoy como nunca los
patrimonios parecen tener necesidad urgente de aquellos intangibles.Unos sin
los cuales ninguna catedral erigida por maravillosa que pueda ser en lo
material encuentra su real razón de ser finalmente.