domingo, 28 de julio de 2013

Confrontación versus colaboración.


En el mundo actual globalizado e interdependiente las escaramuzas de todo tipo especialmente las  violentas al interior de los estados o entre éstos pueden resultar de un altísimo costo . Tanto para los  países involucrados, sus poblaciones y economías. Y muy especialmente para su vitrina externa de ese estado estable  como garante  suficiente y operativo para los que desean invertir en él. 
La cohesión interna de una nación ya no solo requisito de gobernabilidad para el gobierno de turno, es condición  sine que non para poder integrar todos los ágoras internacionales. Sean económicos, políticos o de cualquier otro tipo. Ver y ser visto. En la actual dinámica es parte del esquema.
Un país  sano, que es colaborativo en su interior en definitiva  "funciona" mucho mejor que uno que se desangra por  las  violencias subversivas de cualquier tipo.Por las disidencias producto de las insatisfacciones sociales in crescendo que finalmente impiden la autonomía y gobierno de ese país en un clima de estabilidad y desarrollo para todos sostenido en el tiempo en forma creciente.
Una curiosa mezcla pareciera ser hoy la adecuada en los países.Por lo menos aquellos que realmente aspiran a un progreso y estabilidad aún en medio de una crisis  financiera generalizada a nivel internacional. De este modo sucede que  países como Chile  que muestran significativos  avances en materia económica a nivel macro y de acuerdo a esos índices no indican del mismo modo índices tan halagadores en materia de satisfacción económica individual en todos los segmentos sociales, como tampoco una disminución  sostenida aún más del desempleo,.Lo mismo la calidad de los nuevos empleos contratados al parecer es precaria. Todo lo cual redundaría en un número mayor de empleos creados, no así en la calidad de esas contrataciones, la cual sería en muchísimos casos precaria.
Sin embargo crear una cultura de colaboración en un país requiere tiempo y educación. Asuntos que no siempre van a la par con las políticas meramente económicas. Tienen un foco diferente y su implementación es diversa en tiempos y modos.
Países como Alemania, una nación que quedó destruída por las dos guerras mundiales y que debió rearmar su economía desde las ruinas ha logrado construír un sistema económico colaborativo con un enfoque social de mercado. Uno donde esta es abierta al exterior, pero a la vez cultiva en su interior autonomía en quienes producen. Libertad para emprender es conciliado con una supervisión estatal  delimitada pero operativa en cuanto a   ofrecer un esquema donde todos acorde a su especialización laboral aportan a sistemas de previsión equilibrados.Es decir los derechos básicos de los ciudadanos tales como educación, salud, vivienda están garantizados por el propio trabajo y aporte de los interesados pero dentro de un sistema en el cual el estado regula. No como un estado benefactor sino a 
través de la colaboración activa de los propios sujetos productores y prestadores de servicios.  Una mayor especialización, mejores sueldos  que permiten una mayor eficiencia y así  sucesivamente.
Hay exigencias objetivas para todos los implicados en la economia sin embargo lejos de ser un freno todos acceden a los elementos necesarios para  trabajar y  rendir acorde a las expectativas de dicha economía. Y los beneficios  que ella produce por ende son accesibles y están garantizadas por el sistema que vela que dichas condiciones se cumplan para todos los involucrados en el proceso productivo. 
De este modo   la economía alemana con una política pública austera en medio de la crisis ha logrado imponer las condiciones de esta política interna como una norma aspirable internacionalmente al participar y ser un eje determinante dentro de la crisis europea y su saneamiento. O al menos en el  intento de ordenar el alto endeudamiento de la mayoría de los países del bloque. . Merkel ha instalado un nuevo concepto dentro de los manejos económicos. Uno que hoy demuestra no solo que los países deben perfeccionar sus tecnologías y producir cualitativamente más y mejor sino que además deben  preparar e incorpòrar a toda su población a dichas exigencias y por ende luego a sus beneficios. Unos reales, no productos de  meras retóricas o redistribuciones. Sino avaladas por una producción real de bienes y servicios que la avalan. 
Todo esto no  es posible  sino solo mediante una política de colaboración al interior de este país. Uno que ha logrado consolidar una economía de mercado pero con un énfasis  dado que uno de sus ejes es justamente ordenar todas sus herramientas internas  para obtener un desarrollo integral a todos sus ciudadanos. Uno  para el cual todos trabajan y cuentan con los elementos indispensables para ello y a la vez logran recibir  y ganar los beneficios de  ese trabajo en forma directamente proporcional a los esfuerzos, permanentes y sostenidos en el tiempo. 
Algo completamente diverso de lo observado en otras naciones que hoy se debaten en verdaderas  quiebras de sus estados en lo económico . Altos índices de inflación,cesantía, deuda pública y más. Nada de este descalabro se observa sin embargo en Alemania. Un país digno de observarse . Muy en especial de los países que como el  nuestro aspiran a superar el sub desarrollo pero que sin embargo se debaten en un sostenido esfuerzo enfocado hasta ahora sólo a  lograr una economía de libre mercado. Bien para una primera etapa, ya más que cumplida. Hoy la confrontación que observamos en Chile podrá muy probablemente superarse si  logran ahondar más la implementación de ciertos aspectos de esta economia: unos que redundan en preparar a su población para trabajar más y mejor, acceder a los beneficios productos de la mejora laboral en forma eficiente y a una mayor participación en la generación de esos empleos. Unos que reafirmen la apertura del país pero a la vez creen tecnología, innovación y manufactura chilena de calidad.Todos asuntos de lenta implementación,pero indispensable. De lo contrario continuaremos observando una brecha creciente entre los mas ricos y los más pobres, cada vez más pauperizados y  que casi no acceden al sistema pues no cuentan con lo indispensable para integrarse a él. 
Esta colaboración al interior de una economía de todos no solo en las exigencias y preparación sino también en sus rendimientos y beneficios solo es dable en forma real en una economía SOCIAL de mercado. Donde hay un estado autónomo y a la vez supervisor- sin ser monopólico- que  regula .Donde el libre emprendimiento no es antagónico  a la función macro supervisora de un estado. Son complementarios cada uno en su órbita. 
Parece aconsejable aprender de Alemania. Observar las políticas que les han permitido avanzar y consolidar un estado sólido, una economía sana y que beneficia a todos sus ciudadanos. Un fenómeno que ha sido válido, conductor en su zona de influencia y en el mundo, ha sentado bases de un  nuevo funcionamiento y colaboración al interior de un país. 
Las buenas experiencias bien  pueden adaptarse incluso por los países en vías de desarrollo como el nuestro. Y pasar definitivamente como una de sus consecuencias actuales, la confrontación, a la colaboración o cooperación de los ciudadanos, como causa y  fuerza motora de su futuro desarrollo, Uno más equitativo, justo y por ende más pacífico. Una verdadera economía social de mercado y todos las exigencias, pero también beneficios que puede aportar a quienes lo asumen. En definitiva un  mejor y más buen país para todos.






domingo, 7 de julio de 2013

Lumen Fidei

Un alentador documento en tiempos de incertidumbre. 
La palabra, vehículo,soporte que une memoria y futuro a traves de un renovado acto de fe y verdad, por lo tanto de caridad con y para otros, sostenidos en una misma esperanza. Una que reconoce una superioridad creadora que sostiene y mantiene una comunión de hombres alimentados en un mismo credo y fe. y otros muchos de buena voluntad. Una que trasunta a una sociedad . Una en la cual cada sujeto puede vivir en conversión hacia un mismo verbo creador y no de espaldas a él. Una, donde las idolatrías dispersadoras de ese yo del hombre son sustituídas por un acto de fe humilde, renovado y confiado de ese mismo hombre a ese ser creador. Redundando en el encuentro de ese sujeto con una verdad que lo supera y al mismo tiempo le da origen.Que sin necesitarlo necesariamente lo invita en forma libre y gozosa. Una que también lo une a sus otros hermanos y lo desafía a ser mejor hombre.Una que lo interpela para volver a un mismo esperanzador proyecto-humano y divino, del cual el es parte insustituible. Convocado libremente y que podrá aceptar desde el inmenso libre albedrío que ese mismo Padre creador le ha otorgado. 
Una encíclica profunda, verdadera y desafiante para muchos hombres, no solo creyentes sino todos aquellos que se sienten partícipes no solo de su propio destino sino también responsables de muchos otros que van junto a él unidos por una misma naturaleza original. Finalmente una compartida y sustentada en un mismo verbo creador, infinito e amor y entrega. Tal vez la misma d que de una u otra forma se nos pide a todos y cada uno desde la propia e irrenunciable libertad y racionalidad personal y humana, pero anclada en una gracia otorgada en forma gratuíta y amorosa. Como se les concede y otorga a los hijos de parte de un padre. Por un amor inconmensurable y esperanzador.
Fe, esperanza y caridad. Fe y razón; Caridad en la verdad abrochan en una concreción completa en este documento dirigido al hombre actual. Tironeado por muchos lados, pero hijo finalmente en su vida terrena y sobrenatural. Llamado a ambas a través de esta palabra inmemorial e interpeladora de su propia humanidad y también de su filiación divina. Ambas indisolubles en él ´ aún en medio de la contingencia de hoy.