martes, 24 de septiembre de 2013

Don, dones y doñas.


El don  una dádiva, un presente. También un regalo. Y, muy probablemente a quienes reciben este tratamiento  nombrándolos así y antecediendo a su nombre de pila y de familia lo que se hace es justamente reconocer en ellos o ellas, según sea el caso, respeto . Sea por su estatus social, edad, experiencia o logros personales. 
También podrá connotar afabilidad y buena crianza en el trato hacia ese otro. Gesto y signo de  buena voluntad hacia el sujeto al que  se aplica. Más aún si quien lo realiza es uno de mayor estatus social. Al menos así lo señala la información que he logrado recopilar, una tal vez algo vetusta ya. Pero no por eso menos válida. Podrá también  indicar un trato condescendiente hacia señoras y señores  de avanzada edad y que como tales ,merecen un respeto  significativo y acorde. A lo entregado, vivido,  comunicado y compartido.  
Si vamos al extremo opuesto encontramos que el don es un desprecio cuando se  menciona  por ejemplo la expresión " esa doña" o cuando se alude a "es un don nadie" o cuando  también se cita  a ese poderoso caballero "don dinero", por ejemplo.  
Si nos retrotraemos en el  tiempo encontramos que el uso del  término don proviene del latín dominus  (propietario o señor). Vocablo que también origina  la palabra dueño. Lo mismo para la palabra domina o señora.
Si damos otro giro dentro de la analogía e interpretación partiría el asunto en primerísimo lugar porque los dones y doñas fuesen propietarios y señores de sí mismos en primerísimo lugar. De aquí también el significado de dominio o propiedad. Y luego  observar las aplicaciones de la terminología  del don respecto del uso que le dan los otros al referirse a alguien seguido de su nombre. 
El tratamiento de don implicaba por sobre todo respeto hacia ese alguien. Uno  que ha tenido grandes variaciones a lo largo de la historia. Nunca indicó por sí solo un título sino un tipo de trato hacia ese otro basado en el respeto que dicha persona inspìraba. 
En tiempos pasados y lejanos  solo se le daba a Dios, a Jesucristo y a los santos. Posteriormente  fue utilizado por los hidalgos ,nobles empobrecidos sobrevivientes  y,  posteriormente este mismo trato se generalizó en América por  simple asentamiento en los registros parroquiales.(bautizos, matrimonios, defunciones ). También en muchos cabildos.  A la vez  denotaba la pertenencia de  ese sujeto al nivel social más alto. Sea en lo político, sea en lo económico. Con los años posteriores su aplicación se fue extendiendo a todos los estratos sociales y su forma se hizo cada vez más libre. Los tiempos cambian y el trato parece que también hace lo suyo.
Hoy es sorprendente cuando uno, simple señora  es tratada por el cuidador de autos como " reina" , dama, o “madam.”, seria y respetuosamente. Algo  curioso, un poco risible, casi chocante también. Es ahí cuando uno debe reprocesar en varias pistas y resetear.Pero es que estamos en el siglo XXI.  Las alturas varían.  Los dones asimismo y las doñas otro tanto. Los regalos y las dádivas no menos. Y el aprecio y respeto por los dominus y las dominas y entre ellos también. Asunto que daría para largas líneas y páginas con historias plumbosas y variopintas.en alcurnias y calibres, en medio de una realidad vertiginosa, bastante ignota e ignorante al final de los finales de los verdaderos dones y dádivas que aún los más modestos- en apariencia- y los más ricos ,poseen o no , sobre sus propias espaldas. Para qué decir la apreciación  profunda que los otros hacen de un  alguien. 
Parece ser indudable que la autovaloración personal del los dominus  y /o dominas difiere esa misma calificación hecha por los  otros hoy. 
Más aún cuando  se trata de - personas excepcionales- a juicio de los otros. Estas personalmente no se  conceden  ninguna importancia a si mismas. Dejaron esa esfera autorreferente hace mucho. Están focalizados en los otros. Dan de los mucho que poseen a otros. Se dan ellos mismos en primerísimo lugar. Ya ahí  se marca una partida diferenciadora. Y sus vidas dan fruto. Por éstos se les juzga. Fueron dominus(dueños) de sí mismos  y también  don para otros. Una excepción que estimula y desafía aun hoy. A todos.


Atte

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