O de “hipotermia”…Hombre de 44 años falleció en una calle de Recoleta en la madrugada de hoy. Era
alcohólico dijeron algunos. Más que eso aún. Vivía en la calle y murió a su merced y desamparo . En su ley. Solo y
abandonado.
Nadie lo vio ahí. Nadie supo que pasaba frío
extremo. Tampoco nadie atinó a hacer
“algo” por ese “alguien.” Aún, cuando y
justamente porque él era “alguien”. Aún
cuando no tuviera nada material ni nadie
que le diera una mano. Merecía por ser alguien algo más o más de algo… Al menos un techo o frazada para
pasar la noche. Pero no fue así. Una vez más aquí en Santiago de Chile, 2012.
Chile ¿un país desarrollado…? Permítanme que dude y lo haga
en voz alta aunque lo haga por escrito. Aunque nadie lo lea, aunque solo Dios
lo oiga: importa porque ha muerto una persona abandonada.
Dudo de nuestro desarrollo equitativo. Dudo de nuestra
humanidad individual y dudo también de nuestra compasión solidaria. Y si
hablamos con corrección política ¿por
qué las redes asistenciales para los que nada tienen no funcionan?
Algo y más de algo está muy mal en nuestra sociedad hoy. Es
una situación increíble. Digámoslo: insostenible. ¡Despierta país! Y abre los
ojos para todas estas situaciones. No podemos seguir viviendo como si no
existieran. ¡Son verdaderas!
NN ya no tiene voz que levantar hoy. Muchos otros como él
esperan por ayuda. ¿Deberán morir de frío también para que los veamos?
Los que por desgracia y muy diferentes motivos están
literalmente en la calle y viven en ella lo han perdido todo, incluso la más
mínima dignidad. Podría escribirse un libro con sus infinitas historias . ¡Qué sorpresas nos
llevaríamos al leerlas! Es probable que además de muchos profundos dramas veríamos en ellas también
historias de una humanidad extraordinaria. Que se la quisiera por diez
minutos el más famoso de los altos
ejecutivos de una exitosa empresa. Los
más pobres entre los pobres; los abandonados por los hombres como tantos que
hay hoy en Chile pueden darnos lecciones profundas de humanidad y bondad. ¡Que
falta que nos hacen ¡ Historias de “perdedores” …
Paradojal. No me queda más que reírme con amargura. Constatar este tipo de
situaciones me interpela. Como muchas situaciones en la vida de este Chile de
hoy.
Mientras los que pueden a través de su gestión influir decisivamente
para que este tipo de cosas
cambien para siempre seguimos constatando como esas capacidades se dirigen más a consolidar los propios intereses que los
de los más desamparados y necesitados de este país. Esos que no tienen voz ,esos
que no alcanzan ni siquiera a asomarse al progreso. Por eso les dicen marginados:
quedan a un costado de él y necesitan urgente una mano eficaz. Una, no de
caridad mal entendida. Una, operativa y
esperanzadora. Una que habilite para romper el círculo maldito de la pobreza y
el desamparo más total. Una que va más allá de la asistencia precaria y
temporal. Una que los dignifique como personas, los rehabilite para recuperar la confianza en si mismos y en
los demás: sus hermanos contemporáneos y coterráneos. En definitiva sus prójimos ,pero
que hoy no son nada cercanos. Por el contrario muy lejanos. Las brechas crecen en vez de
acortarse.
¿Sirve un progreso, que nos aleja a unos de otros, incluso para llegar a morir de frío en la calle sin una mano de
ayuda…??
Parece que no.