martes, 3 de julio de 2012

El mito de Alicia


Así como en estatutos de nacionalidad existe el “ius sanguinis” y el “ius solis” tenemos los digitales. Nativos y emigrantes.

Hoy  todo  queda  dentro de este marco de referencia.
Cómo  operan los medios, las relaciones con el mundo circundante, la forma de percibir   la realidad y  el  como se procesa ésta, las relaciones interpersonales y la dimensión de la  terrena  contingencia. Todo cabe dentro del espejo.
Los abuelos,  analógicos. Los  hijos, híbridos y los nietos  digitales. Modos de ser ,procesar  y  pensar.
Somos un  producto de  nuestra época. Unimos todo en nuestro ADN,  lo queramos o no. Podría decirse somos una síntesis- más o menos afortunada- de lo que  creímos elegir  ser y de lo que nos tocó vivir en un  período determinado.  “Hijos de nuestro tiempo” podría decir el poeta .
El espacio virtual lugar de conexión,  pero no necesariamente de encuentro. No se está en él. Se  recorre   el tiempo que se le  usa. No hay tiempo ni espacio para detenerse,  para desarrollar nada muy elaborado  ni para contemplar.     Nada extenso . Y  si lo es,   lo más probable es que nadie lo leerá. Solo unos pocos arcaicos que aún desarrollan un pensamiento lineal. 
Hoy  nativos y   emigrantes utilizan esta nueva tecnología y con ella  empieza a funcionar una nueva operatoria en la mente de los usuarios.  Cómo estructuran el pensamiento y el lenguaje   usando  en este nuevo soporte.
Rige un nuevo código  del uso de concepto imágenes   del  mundo externo traído al virtual , para crear muchas pequeños mundos o cajas de conceptos. Van  unos dentro de otros como un juego de cajas chinas. Desde un marco de referencia muy amplio hasta llegar a uno muy sintético y  mínimo.
Cambia el soporte, el enmarcado, el ángulo desde el cual  se mira y procesa y también el modo de entender este nuevo código y el mundo circundante al  cual hace referencia.
Mezcla algo de arte, de  laberinto conceptual, de artificio tecnológico y también de ”alucinación consensuada”, donde lo que hay no es un lugar, ni  un espacio, sino un espacio  conceptual. Se vive dentro de una imagen. Sin  tener la
 impresión de que se está dentro de  ella. Se “viaja”  así en la inmovilidad. Hay un nomadismo alucinatorio del operador del sistema virtual.
El ciberespacio no existe para ser habitado sino para ser recorrido. Un espacio transitorio y efímero . Otra característica general de hoy y que se aprecia incluso en las relaciones interpersonales. Las que rayan  casi en lo desechable. Igual que  los objetos. Propio de una sociedad de consumo y que se rige por y para satisfacer necesidades. Aún más,  para crear nuevas  constantemente   en una espiral sin fin
Atrás   quedó  la luz  de los impresionistas o la perspectiva como elemento de la imagen. El extremo color de los fauvistas o el puntillismo.
Hoy  las dimensiones del arte y su lenguaje han  sido incorporadas en el ciberespacio.  La mirada virtual  logra simular  los  puntos de vista sobre el objeto más que el objeto real mismo . Y  ésta ,   tarea propia del arte, que propone  diferentes puntos de vista sobre la realidad cotidiana se ha incorporado en la actualidad  a la red o realidad virtual atrayendo muchísimo más a los artistas que  al poder militar. Puede hablarse ya de ciber artistas  que   conjugan y concretaron   el mito de Alicia . Aún más. Hoy  todos accedemos a él. Alicia y sus maravillas dejó de ser un cuento. Ha pasado a ser una realidad para niños y los que no lo son tanto.

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