Así como en estatutos
de nacionalidad existe el “ius sanguinis” y el “ius solis” tenemos los
digitales. Nativos y emigrantes.
Hoy todo
queda dentro de este marco de
referencia.
Cómo operan los medios, las relaciones con el
mundo circundante, la forma de percibir la realidad y el como se procesa ésta, las relaciones interpersonales
y la dimensión de la terrena contingencia. Todo cabe dentro del espejo.
Los abuelos,
analógicos. Los hijos, híbridos y
los nietos digitales. Modos de ser ,procesar y pensar.
Somos un producto de nuestra época. Unimos todo
en nuestro ADN, lo queramos o no. Podría decirse somos una síntesis- más
o menos afortunada- de lo que creímos
elegir ser y de lo que nos tocó vivir en
un período determinado. “Hijos de nuestro tiempo” podría decir el
poeta .
El espacio
virtual lugar de conexión, pero no necesariamente de encuentro. No se
está en él. Se recorre el tiempo
que se le usa. No hay tiempo ni espacio
para detenerse, para desarrollar nada
muy elaborado ni para
contemplar. Nada extenso . Y si lo es, lo más
probable es que nadie lo leerá. Solo unos pocos arcaicos que aún desarrollan un
pensamiento lineal.
Hoy nativos y emigrantes utilizan esta
nueva tecnología y con ella empieza a funcionar una nueva operatoria en
la mente de los usuarios. Cómo
estructuran el pensamiento y el lenguaje usando en este nuevo soporte.
Rige un nuevo
código del uso de concepto imágenes del mundo externo traído al virtual , para crear
muchas pequeños mundos o cajas de conceptos. Van unos dentro de otros como un juego de cajas
chinas. Desde un marco de referencia muy amplio hasta llegar a uno muy
sintético y mínimo.
Cambia el
soporte, el enmarcado, el ángulo desde el cual se mira y procesa y
también el modo de entender este nuevo código y el mundo circundante al
cual hace referencia.
Mezcla algo de
arte, de laberinto conceptual, de artificio tecnológico y también de
”alucinación consensuada”, donde lo que hay no es un lugar, ni un
espacio, sino un espacio conceptual. Se
vive dentro de una imagen. Sin tener la
impresión de que se está dentro de ella. Se “viaja” así en la inmovilidad. Hay un nomadismo alucinatorio
del operador del sistema virtual.
El
ciberespacio no existe para ser habitado sino para ser recorrido. Un espacio
transitorio y efímero . Otra característica general de hoy y que se aprecia
incluso en las relaciones interpersonales. Las que rayan casi en lo desechable. Igual que los objetos. Propio de una sociedad de consumo
y que se rige por y para satisfacer necesidades. Aún más, para crear nuevas constantemente en una espiral sin fin
Atrás
quedó la luz de los impresionistas o la perspectiva como elemento
de la imagen. El extremo color de los fauvistas o el puntillismo.
Hoy las
dimensiones del arte y su lenguaje han sido incorporadas en el
ciberespacio. La mirada virtual logra simular los
puntos de vista sobre el objeto más que el objeto real mismo . Y ésta ,
tarea propia del arte, que propone diferentes puntos de vista
sobre la realidad cotidiana se ha incorporado en la actualidad a la red o realidad virtual atrayendo muchísimo
más a los artistas que al poder militar. Puede hablarse ya de ciber
artistas que conjugan y concretaron el mito de
Alicia . Aún más. Hoy todos accedemos a
él. Alicia y sus maravillas dejó de ser un cuento. Ha pasado a ser una realidad
para niños y los que no lo son tanto.
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