jueves, 28 de marzo de 2013

Michelle- ma belle -

El
Magistra dixit…Desembarca en medio de una exposición de acrílicos y se desmarca de partidos políticos tradicionales. Una nueva cultura política parece asomar en medio del arte y en la comuna de el Bosque de la que fue declarada hija.
A primera oída: sorprendente. A segunda: esperable. Un discurso bien hilvanado. En su estilo, Uno que la caracteriza. Cercana, afable y también en este caso muy omnicomprensivo. Lo abarcó todo dentro de  la amplitud  de una nueva mayoría. También amarrado y sustentado sobre el telón de fondo mantenido  como  una nota suspendida en el tiempo: el de la desigualdad. ¿Quién queda indiferente frente a su  constatación y proclamación?  Nadie.
Salió de la   férula partidista tradicional de derechas e izquierdas. Toda una revolución silenciosa y operativa que desarticula las expectativas creadas y preconcebidas muy principalmente de la derecha.
Nuevos paradigmas no solo en los discursos  sino también en el modus operandi de la preparación de la campaña y su ejecución . Volverá al antiguo puerta a puerta al menos en las regiones y se imbuirá de lo que plantean las personas. Consecuente con su intención de  apoyarse ,  crear y gobernar una nueva mayoría política.  La cual ya estaría presente en el actual país del desarrollo pero en el que al parecer muchos chilenos¡ oh paradoja ¡no están contentos…
Saltó a la palestra la emoción y convicción patriótica de la mujer chilena. Asimismo el énfasis de sus palabras fue matizado con la experticia de la funcionaria internacional, la ex presidenta y la mujer connacional, cercana a  los afectos, las carencias y las disconformidades de quienes la oían. Así , imposible no hacer vibrar las fibras de  de cualquier chileno o chilena, incluso uno o una de derecha. Por momentos curiosamente el mensaje pareció incluso en una especie de surreralismo interpretativo haber sido redactado por algunos de la derecha, incluso cristianos…tal vez esto raya ya en lo paranoico, pero es así.
Ante esta impresión cabe preguntarse ¿ tanto ha cambiado este país?  Si así fuera  realmente  se inicia  sin dudas una nueva etapa en este quehacer en Chile. El de una tecnocracia o ingenería política y a pedido. Más aún  anunciada y llevada a cabo curiosamente en un centro cultural comunal. ¿Partiremos por la cultura como herramienta probable y útil? Esto si no sería nada nuevo en el esquema de la izquierda. La memoria en este sentido lo demuestra. Será necesario recordar un poco.
El malestar ciudadano  transversal  y el enojo correspondiente fueron recogidos en este entramado y urdimbre política conceptual. Recogiendo así las expectativas no satisfechas, y de paso todo aquello que legitimaría    el mandato de Michelle para ser ella quien enarbole la bandera de las frustraciones de muchos chilenos al parecer.
El sello ciudadano  estaría proporcionado por el lugar donde se efectuó el acto y la ausencia casi total de personero políticos de el conglomerado opositor. Nuevos signos¿nuevos tiempos?
Michelle, mujer   al fin, también reconoció su alegría de estar en casa, en familia ,pero a la vez cumplió su promesa: hablar en marzo como lo había señalado. Una buena combinación de características de su género con las del cargo  público y su cumplimiento que la igualan con sus pares hombres.
Un mensaje rompedor de esquemas pero que envuelve tópicos antiguos con asuntos nuevos.
Así oíremos en lo sucesivo mucho los términos mayoría, inclusión, paridad, equidad,sello ciudadano y nueva mayoría. Todo un prólogo desafiante para una nueva etapa que traerá sorpresas junto a un cambio de rumbo en lo cultural . Lo que implica todo o casi todo… incluso una revolución en democracia…
El lugar que ocupa hoy la política  dentro del quehacer nacional y el modo de  hacer la política. Cambia, todo comienza a cambiar tal vez para no variar tanto en definitiva.


martes, 26 de marzo de 2013

Hecho en Chile


Terminando marzo y  ya partimos el año. Por obvio no lo es  más aún con el  tan mentado  desembarco femenino ad portas y  la trifulca que dicha maniobra trae a los reductos tradicionales del feudo político nacional.
Chileno en la forma y el fondo.
Una  cancha chica para mucho interesado. No sé por qué me recuerda al viejo país, el de los libros de historia.El de la demagogia, el de los años previos a  la reforma agraria y también el de uno  donde la política lo era todo. Donde el acceso  a esa actividad estaba asegurada y controlada (al fin y al cabo .) Por y para algunos.
De sus dictados dependían la economía y el progreso nacional. También los tópicos candentes en la opinión pública y su trascendencia. Las buenas y malas costumbres en boga, lo justo y lo divino…
Hoy  el público ha variado. La información también y su  manejo  más aún.
Sin embargo, los “viejos políticos,” no han cambiado. O , mejor dicho lo han hecho sólo en el logro de sus propios intereses. Lo que   no es  novedad.  
Continuamos  con un sistema institucional arcaico que  no  responde ni a las necesidades ni al desarrollo del país. Tampoco  propende una actividad de sana política encaminada a legitimarse y a representar legítimamente a todos. Por todos quiero decir  a quienes habitan  esta larga y angosta faja de tierra. Y esta población variada y variable  debiera ser considerada en este escenario. Más aún, va siendo necesario construír un país, pero no a espaldas de su población. Es decir,  los  que trabajan aquí, aún cuando sea con sangre, sudor  y lagrimas.
Los que no  cuentan, los que nadie ve y los que no pagan con el grosor del billete o de la divisa transada en el mercado actual: la de la contemporización .Con el modelo, con  el rasgar vestiduras, también con  la indiferencia frente a las necesidades ajenas.
Hecho en Chile nos ha cambiado. Y vaya que mucho. Pero al mismo tiempo nunca   tanto,  como para no ver la reedición de antiguas prácticas muy  chilenas nada recomendables.
De este modo (como leí  hoy (en una columna) bien podremos y me incluyo como simple ciudadana de a pie “ traicionar la promesa de nuestro mejor destino” todos y cada uno. Sea  al no participar en lo que a cada uno puede y debe hacer; sea haciéndonos los sordos y ciegos. A el hecho de mirar un poco más allá de las propias conveniencias. El carpe diem  actual habrá  que dosificarlo con  un poco más. Uno que haga la real diferencia entre  ser un país desarrollado y  cultivado de uno que  aún se debate en la parafernalia del subdesarrollo y dentro de él  a la demagogia propia de un sistema político clientelista y estrecho. Uno que  no apunta alto ni menos a las fronteras  nuevas que la realidad va poniendo por delante. Léase las minorías, los sin voz económica, los outsiders, los en ascenso social, los que descienden en la misma escala, los mayores de cincuenta, los que trabajan con el intelecto; las mujeres …son ciudadanos que no están en  el actual esquema y no por eso no son chilenos. Tanto o igual como los tecnócratas con la diferencia de que sí pueden marcar el inicio de una nueva etapa en este “hecho en Chile”.  Una constitución política viable con un sistema democrático moderno y representativo, una administración regional promovedora de la autonomía y desarrollo de las provincias; una legislación económica promotora de un desarrollo  equitativo y a la vez innovador en tecnologías y  defensa del medio ambiente. En definitiva un desarrollo humano integral para los ciudadanos ,incluso el de a pìe, el inmigrante, la mujer cualquiera sea su condición, los de la tercera edad y muchos más. Uno que reconozca también nuestras raíces dándoles el lugar que corresponde e integrándolas al país actual. Y por qué no un progreso basado en el respeto al medio ambiente y la defensa de él, uno sustentable que  preserve y potencie lo mejor para los que nos siguen. No entregarles un basurero y lastre en costos inestimables para ellos. No parece ni equitativo, ni justo. Es lo  más cercano a la inconciencia rayana en la arbitrariedad. La misma que se instala en un sistema, el que sea, cuando desaparece la equidad y también la objetividad para diseñar las líneas de acción. Cuando éstas pasan a ser construídas  e  inspiradas por el interés particular y las metas de corto plazo. Las del cálculo mezquino e interesado. Sólo ésas. No aptas para un país que aspira a ser “desarrollado”¡Suerte hecho en Chile!
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