miércoles, 5 de junio de 2013

Un país sub treinta… incierta línea de flotación


Es lamentable comprobar, no solo yo, sino muchos otros con los que hablo por diferentes motivos que en este país  hay un monopolio de la edad óptima que se ha apoderado de todas las vacantes para postular a todo tipo de actividades.  Claro, a menos que uno pague por hacer uso de un determinado beneficio y /o afiliación a algún quehacer determinado. No es éste un país “ supuestamente” desarrollado?
Pues aquí   en este tema también parece que sigue siendo desigual, inequitativo y muy sesgado. Uno absolutamente de subsistencia ,uno subdesarrollado.
A menudo ,  los que pintamos canas, al menos en el RUT , se nos cierren  las puertas de muchas actividades sin siquiera tal vez haber probado y aprobado que uno aún sirve y bastante mejor- que muchos muy jóvenes- para  una determinada actividad.
Y, lo más triste es  verificar que a pesar de muy educadas y políticamente correctas razones esgrimidas  y entregadas al postulante a lo que sea, uno  termina por comprender que el gran pecado fue tener más años que 30 y además ser educado como para ni siquiera alegar.  O incluso que a uno le respondan , pero si usted está “ sobre calificado”…francamente algo para no creerlo.
 Sea por déficit, sea, por exceso, sino  por último será por vergüenza. Una que no tiene razón de ser ni fundamento. Solo espero   que todos quienes eligen hoy con este solo criterio al llegar al más allá no les vayan a decir a la entrada del lugar al que lleguen. Sí,  mire usted no puede entrar, a pesar  de los méritos que pudiese legítimamente tener … y  sea dejado diplomáticamente ahí: en la entrada . Solo por tener unos años más.  No parece equitativo.
Así con las normas que impone el marketing. Uno que mira esencialmente la competitividad, pero y... ¿la experiencia?  O todo es rapidez, pura adrenalina, acción y reacción. Una sociedad que se construye con esos criterios tarde o temprano se quebrará . y lo hará justamente por lo más delgado.
Más aun si se considera   que los años de vida se han alargado y nuestra sociedad envejece  más  en  relación  a la tasa de gente joven  que relevará a esos mayores que aumentan muchísimo más que los jóvenes en el  país.
Parece que va siendo hora de un replanteamiento de estos esquemas segregadores y parciales. Muy injustos por ultimo en términos de posibilidades reales para todos los ciudadanos hábiles en este país. Y que el factor de la edad sea prácticamente el único elemento predominante y determinante en la selección de una persona capacitada para una determinada actividad.
A este paso, sea porque unos son mayores, sea porque están edad fértil,(ellas) sea porque poseen alguna discapacidad física, porque son muy pobres y c arecen de las redes mínimas- todos vulnerables -pero posiblemente aptos para un trabajo quedarán fuera. Sin clasificar. Para qué decir si se proviene de ciertos establecimientos educacionales, ciertos barrios, se tienen ciertos orígenes étnicos o se ha tenido el infortunio de haber estado en Dicom, o condenado en la cárcel. Peor aún tal vez de por v ida.
Sí en este país ,para aspirar al desarrollo integral se requieren eliminar todo este tipo de barreras artificiales y profundamente segregadoras. Unas que no contribuyen a una equidad basada en las reales capacidades y los legítimos  e indispensables anhelos de desarrollo de las personas. 
Una nueva cultura del trabajo, del quehacer de las personas, de la utilización del tiempo libre, de la recreación y de la convivencia está clamando hace mucho en medio de la exitosa sociedad que hemos construido del 24/7 radicado en un sector  alrededor  de los 30 o incluso sub 30. Es un lujo que como país en vías  de desarrollo no nos  podemos dar. Urge una revisión de los códigos vigentes y sus pautas. De otro modo tendremos un país que desperdicia  personas calificadas solo porque han incurrido en las causales   mencionadas.
Sí,  parece que junto con modificar el modelo económico hacia uno que busque un desarrollo integral de las personas será necesario no sólo modificar la norma fundamental y las otras, el sistema político sino esencialmente el esquema de sociedad  que estamos construyendo. Aún estamos a tiempo.
No solo habrá gente más feliz e integrada, un mayor respeto por los entrados en años y una convivencia positiva  entre las generaciones. Debiera  ser algo compartido. Con muchísimos beneficios país finalmente.
Más años activos tal vez incidirá en una mejor previsión. Una cultura respetuosa de quienes constituyen sus antecedentes vivos y operativos. A lo mejor habrá también menos ancianos abandonados por sus propios hijos y familiares. Unos que la sociedad olvida  hasta dejarlos morir a su suerte.
Da para pensar. Una sociedad que no  se preocupa de aquellos  que ya no son tan jóvenes parece indicarnos que algo está fallando muy seriamente en ella. En sus costumbres, tradiciones, valores ,  familias, y también  en la aceptación y respeto o tolerancia justamente  hacia lo que nos mueve para actuar, para ayudar, para compadecer con otros, para acoger.  A esos que ya no están en- la cresta de la ola-, pero a no equivocarnos: ¡ importan! O ¿también serán ellos desechables? Como un artefacto cualquiera que se compra, usa y bota… como para meditarlo más tranquilamente. ¿Qué puedo hacer yo concretamente en esto?¿Puedo ayudar a revertirlo partiendo por mi  actitud y actos que incidan en revertir este estado de cosas? Solo lo planteo con una vuelta de tuerca .Usted agréguele otras más y hable el tema con otros. Hay que traerlo a la mesa pública. Sino seguirá siendo un costo más del sistema. El problema es que aquí es uno humano y puede  tener efectos irreversibles e insospechados que finalmente recaigan con todo su peso en los  más jóvenes: la niña de sus ojos del sistema actual. Una que no siempre será tan niña…valga la redundancia y obviedad.  

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