Es lamentable comprobar, no solo yo, sino muchos otros con
los que hablo por diferentes motivos que en este país hay un monopolio de la edad óptima que se ha
apoderado de todas las vacantes para postular a todo tipo de actividades. Claro, a menos que uno pague por hacer uso de
un determinado beneficio y /o afiliación a algún quehacer determinado. No es
éste un país “ supuestamente” desarrollado?
Pues aquí en este
tema también parece que sigue siendo desigual, inequitativo y muy sesgado. Uno
absolutamente de subsistencia ,uno subdesarrollado.
A menudo , los que
pintamos canas, al menos en el RUT , se nos cierren las puertas de muchas actividades sin
siquiera tal vez haber probado y aprobado que uno aún sirve y bastante mejor-
que muchos muy jóvenes- para una
determinada actividad.
Y, lo más triste es
verificar que a pesar de muy educadas y políticamente correctas razones
esgrimidas y entregadas al postulante a
lo que sea, uno termina por comprender
que el gran pecado fue tener más años que 30 y además ser educado como para ni
siquiera alegar. O incluso que a uno le
respondan , pero si usted está “ sobre calificado”…francamente algo para no
creerlo.
Sea por déficit, sea,
por exceso, sino por último será por
vergüenza. Una que no tiene razón de ser ni fundamento. Solo espero que todos quienes eligen hoy con este solo
criterio al llegar al más allá no les vayan a decir a la entrada del lugar al
que lleguen. Sí, mire usted no puede
entrar, a pesar de los méritos que
pudiese legítimamente tener … y sea
dejado diplomáticamente ahí: en la entrada . Solo por tener unos años más. No parece equitativo.
Así con las normas que impone el marketing. Uno que mira
esencialmente la competitividad, pero y... ¿la experiencia? O todo es rapidez, pura adrenalina, acción y
reacción. Una sociedad que se construye con esos criterios tarde o temprano se
quebrará . y lo hará justamente por lo más delgado.
Más aun si se considera
que los años de vida se han alargado y nuestra sociedad envejece más
en relación a la tasa de gente joven que relevará a esos mayores que aumentan
muchísimo más que los jóvenes en el país.
Parece que va siendo hora de un replanteamiento de estos
esquemas segregadores y parciales. Muy injustos por ultimo en términos de
posibilidades reales para todos los ciudadanos hábiles en este país. Y que el
factor de la edad sea prácticamente el único elemento predominante y
determinante en la selección de una persona capacitada para una determinada
actividad.
A este paso, sea porque unos son mayores, sea porque están
edad fértil,(ellas) sea porque poseen alguna discapacidad física, porque son
muy pobres y c arecen de las redes mínimas- todos vulnerables -pero
posiblemente aptos para un trabajo quedarán fuera. Sin clasificar. Para qué
decir si se proviene de ciertos establecimientos educacionales, ciertos
barrios, se tienen ciertos orígenes étnicos o se ha tenido el infortunio de
haber estado en Dicom, o condenado en la cárcel. Peor aún tal vez de por v ida.
Sí en este país ,para aspirar al desarrollo integral se
requieren eliminar todo este tipo de barreras artificiales y profundamente
segregadoras. Unas que no contribuyen a una equidad basada en las reales
capacidades y los legítimos e indispensables
anhelos de desarrollo de las personas.
Una nueva cultura del trabajo, del quehacer de las personas,
de la utilización del tiempo libre, de la recreación y de la convivencia está
clamando hace mucho en medio de la exitosa sociedad que hemos construido del
24/7 radicado en un sector
alrededor de los 30 o incluso sub
30. Es un lujo que como país en vías de
desarrollo no nos podemos dar. Urge una
revisión de los códigos vigentes y sus pautas. De otro modo tendremos un país
que desperdicia personas calificadas
solo porque han incurrido en las causales
mencionadas.
Sí, parece que junto
con modificar el modelo económico hacia uno que busque un desarrollo integral
de las personas será necesario no sólo modificar la norma fundamental y las otras,
el sistema político sino esencialmente el esquema de sociedad que estamos construyendo. Aún estamos a
tiempo.
No solo habrá gente más feliz e integrada, un mayor respeto
por los entrados en años y una convivencia positiva entre las generaciones. Debiera ser algo compartido. Con muchísimos
beneficios país finalmente.
Más años activos tal vez incidirá en una mejor previsión. Una
cultura respetuosa de quienes constituyen sus antecedentes vivos y operativos.
A lo mejor habrá también menos ancianos abandonados por sus propios hijos y
familiares. Unos que la sociedad olvida
hasta dejarlos morir a su suerte.
Da para pensar. Una sociedad que no se preocupa de aquellos que ya no son tan jóvenes parece indicarnos
que algo está fallando muy seriamente en ella. En sus costumbres, tradiciones,
valores , familias, y también en la aceptación y respeto o tolerancia
justamente hacia lo que nos mueve para
actuar, para ayudar, para compadecer con otros, para acoger. A esos que ya no están en- la cresta de la ola-,
pero a no equivocarnos: ¡ importan! O ¿también serán ellos desechables? Como un
artefacto cualquiera que se compra, usa y bota… como para meditarlo más
tranquilamente. ¿Qué puedo hacer yo concretamente en esto?¿Puedo ayudar a
revertirlo partiendo por mi actitud y
actos que incidan en revertir este estado de cosas? Solo lo planteo con una
vuelta de tuerca .Usted agréguele otras más y hable el tema con otros. Hay que
traerlo a la mesa pública. Sino seguirá siendo un costo más del sistema. El
problema es que aquí es uno humano y puede
tener efectos irreversibles e insospechados que finalmente recaigan con
todo su peso en los más jóvenes: la niña
de sus ojos del sistema actual. Una que no siempre será tan niña…valga la
redundancia y obviedad.
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