martes, 21 de octubre de 2014

De piedra y de luz

Las ironías de una pluma afilada...
Me quedo con las marchas fúnebres de Chopin y las líneas de horror y lo lúgubre de Poe. Insular por cierto.
Las analogias, "coincidencias" podrán llevarnos en un hilar más fino hasta el paroxismo de una tragedia entre musica de cierre y verso desgraciado- literalmente. Caminan unos caballos silenciosos, engalanados, con negros penachos sobre sus cabezas y tusas engalanadas para la ocasión. Tiran una carroza mortuoria En un lento tránsito en una urbe cualquiera de comienzos del siglo XX. 
Hacia el camposanto donde será despositado el cuerpo ya inerte. Habitación transitoria rodeada de polvo, arañas y quien sabe murciélagos nocturnos.Unos que observan en su aleteo oscuro a unos ángeles de pìedra. Inocentes y puros que cuidan al nuevo habitante, recién llegado. Uno que reposa de los cantos terráqueos, sus tonos y desafinos todos, que sus ojos al oscuro mundo ha cerrado. El que fue. Espera sin tiempo, sin horas. No sé si sin temores.Solo aguarda. A la luz pura. La prístina, origen y causa, al final de los finales no solo de esas marchas y sus sones, sino también de todos los posibles errores y horrores. Los del mundanal transcurrir, sus intersecciones y configuraciones . 
Arriba sobre la mansión del nicho mortuorio permanecen en silencio las estrellas de la noche, los ángeles de piedra.Guardianes del lugar . Algunos derramaron también lágrimas oscuras.Unas de piedra tal vez. A lo lejos se oye inmisericorde el graznido de un ave solitaria. ¿Será una lechuza? Bueno sería que aportara su sabia mirada a este sitio oscuro y silencioso.Amurallado,guardador de las vidas que fueron . Lo que será ya no está ahí. Se ha separado y para siempre. Sin vuelta atrás. y también de lo que será. Lo que ya no mejorará ni perfeccionará nada. Incluso los honores, los errores, los horrores y toda su pléyade de posibilidades humanas. Lo que tuvo su tiempo ya no es. Para siempre cerrado. Baja la cortina y los sones anuncian en medio de instrumentos indescriptibles y una luz sorprendente en eterno presente: todo quedó atrás. Marchas fúnebres y versos. Unos limitados, arcaicos.Asuntos gaznápiros de una realidad pasada ya. Musarañas incomprensibles ya. 
Mala copia eran los ángeles de piedra de los luminosos. Casi como una sombra borrosa de una luminosidad perfecta.Armónica en verso y tono. Sin tiempo y sin espacio. Un perfecto ahora sin filos ni bordes,sin cimas y simas. 
Vidas y obras de esas vidas, como anverso y reverso quedan retratadas en una biografía terrena,pero también pasan a una segunda instancia trascendente mas allá de mausoleos, privilegios, aduladores y detractores, condenadores. Angeles de piedra, gárgolas de templos e inquisidores de turno. Los que sean. 
Más allá de epitafios redactados a la usanza de la época del fallecido. Virtudes posibles y sus carencias todas. También los errores de humana factura.
Plutarco por medio de diálogos y diatribas en sus escritos dio buena cuenta de las vidas y obras de personajes de entonces. Unos paralelos de vigencia incluso hoy.
Donde aún continuamos viviendo y muriendo- alguna vez- con certeza absoluta. 
Las comedias vitales posibles terminan siempre en una honrada y solemne muerte (o tragedia final.) Una con plazo y caducidad. Una que podrá ser eventualmente revertida quizás luego. A pesar de lo fúnebre, los terrores relatados y las gárgolas y ángeles de piedra emplazados , donde quiera ellos se encuentren. Más allá de las relaciones humanas ,unas que son prenda anticipada ya, de más que un epitafio transitorio. de sus múltiples historias. Unas que dan para el más amplio inventario y o su prontuario también. Vidas y obras. Habrá que mirarlas , luego , desde lo alto.

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