Es poco serio.
Nada excelente y, por lo
mismo, injusto. No hay equidad en ello.
Hoy le toca a Chile.
Curiosamente un gobierno de derecha. No
tan curioso para los vientos que soplan en la política y economía
internacionales: con estos son concordantes. Pero no con lo que necesitamos .
Con lo que Chile espera a estas alturas. Merecemos más seriedad; más respeto
como gobernados y también más verdad
y coherencia en lo que se nos prometió y en como se maneja este
país hoy. Hemos llegado al límite de la
farsa. O mejor dicho de otra forma…para todo hay uno y en esta caso ya se pasó de la raya hace
tiempo . No solo para los principios
sino también para las esperanzas de todos los chilenos. Los que votamos
por los actuales gobernantes y con mayor razón los que no. Con éstas -no se
juega- señores. Hay que ser muy descarado o amoral, así de simple.
Frente a esta situación cabe preguntarse ¿gobierna quien dice
gobernar…? Parece que no. Y aquí se verifica una vez más la globalización, sus postulados y
prácticas de todos los gobiernos del
mundo desarrollado. Perdón, dije , ”desarrollados”. Aún cuando han dejado muy atrás o
sobrepasado muchos de los valores y principios que originalmente produjeron el
desarrollo exhibido hoy. En el sentido más amplio y completo. Así las cosas, se ha producido un
efectivo retroceso en estas economías desarrolladas y emergentes en los índices hacia los rankings tops, para caer a la vez, en el completo subdesarrollo espiritual, cultural,
valórico y humano. ¿Paradojal? Sí, pero tangible en muchos gobiernos en la
actualidad.
La brecha entre las aspiraciones y la realidad de los ciudadanos es
transversal. También las inconsecuencias observadas en todos los ámbitos del
país; lo mismo en las soluciones que el gobierno y por ende el modelo que lo
sustenta otorga para solucionar los
problemas de fondo que aquejan a los connacionales. Una” no casual” planificación ostentosa en sus
planteamientos, pero al fin y al
cabo migajas que
caen de una mesa no dispuesta a compartir soluciones(alimentos frescos
con todos los comensales) para todos los chilenos .
Es más, con desparpajo solapado , se hace gala del asunto a
todo nivel. Lamentable, hasta donde llega la soberbia cortoplacista anclada en la estupidez y ceguera del costo
político enorme en que incurrirá este país. Tendremos que soportar uno más…no aprendemos , ni aún creyéndonos un
país “desarrollado”… Somos propenso a
lo que llega de ultramar, con basura incluida. Tendremos altos costos que
enfrentar. Algunos se vislumbran ya como la punta de un iceberg que asoma en el horizonte, pero claro ,mejor es no verlo.
No sería políticamente correcto
¡soberana estupidez! Avalada además con la unanimidad de quienes
sentados en la autocomplacencia no ven más allá
que sus propios intereses y los de la punta de su propia nariz…no hay
una real voluntad para ello y con la agravante del concurso voluntario a la aceptación de ello.
Así el escenario, poco podemos esperar los que ya esperamos
desde hace mucho. No es justo; tampoco equitativo para los que menos tienen especialmente. Estos
quedan fuera. Es francamente un círculo
vicioso diabólico…¿cómo lo rompemos? Y me incluyo porque me afecta: incide en
mi, en mi familia, en nuestro futuro y
en lo que queremos para nuestro país: así de rotundo…no es menor y por lo mismo
no queremos más migajas muy bien
envueltas de “supuesta” equidad y
justicia social. Mal usadas ; prostituidas
en su uso y abuso. Se abusa de la buena
fe , esperanza y trabajo honrado de muchos chilenos. Así, de esta
forma, “ no más a las migajas.” Los chilenos no somos perros alrededor de una
mesa. Merecemos –más -¡ señores! Por de pronto que se nos trate y gobierne como
personas que somos. Tenemos dignidad y eso pasa por ganarse el pan y ser
respetado en nuestra libertad, inteligencia ,creencias y valores acorde a lo
que somos: personas. Seres con
trascendencia, no sólo entes productivos inmersos en un sistema productivo
masivo, mecanicista, alienante y
diabólico. Que endeuda y hace trabajar a
muerte y hasta la muerte para pagar lo
que ofrece a un alto costo. Muchos
incluso sin tener las necesidades más básicas
cubiertas. ¿No es inmoral? Por supuesto que lo es y ¡hay que decirlo señores!
¿Hasta cuándo…las
migajas? La inmoralidad y las culpas no se cubren ni solucionan con migajas. Más teniendo en cuenta que se planteó un
gobierno de “ excelencia”. Esta debiera partir por la humana y lo que ella
encarna para TODOS : gobernantes y gobernados. . Muy distante de lo que vemos
hoy. Se requiere valentía para hacerlo y
cambiar de una vez al sistema imperante.
Existe un aburguesamiento y “debilidad” de las voluntades. (las de los
gobernantes y los gobernados) Así , mal podremos exigir algo más que migajas…
¡Despertemos de una vez!
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