martes, 1 de mayo de 2012

Los editores o demiurgos de hoy.



Por sus ojos pasa todo lo que se redacta ( y publica o difunde en un medio) y llega a ellos.. Cortan el pan  y las cabezas de cada día. Sí señores. Es de esperar que cuando lleguen al otro lado, sea el cielo o el infierno o el centro  centro : purgatorio,  puedan seguir ejerciendo tal labor o menester con la misma dignidad y elegancia desclasificadora y discriminadora. En muchos casos miope y cobarde a veces. No sea cosa, que deban allá- donde quiera que sea-  declamar a viva voz todo aquello que sí era verdad, pero  acá  por no  tan encomiables  razones ;o  si se quiere “humanitarias “ o económicas  causas,  declinaron hacerlo. Será una sanción  no solo concreta y reparadora para el redactor afectado,  sino además  útil para  que ellos crezcan  en humildad y veracidad frente a los hechos que se supone deben difundir frente al público al cual se supone sirven. “Sólo a la verdad”  se deben en este cometido. Claro, aunque esto hoy en los medios de comunicación  y en las redes corre grave peligro, si no es ya acaso constantemente vulnerado…total como cada uno posee su “propia” verdad la cosa ha perdido real importancia. Más bien parece una declaración de principios sacada de algún empolvado museo o de una probeta criocongelada . ¿Ficción? No, la realidad pura que habla por sí sola.
Muchos  editores han vendido su alma y misión periodística al mismo demonio de turno  y sino  a sí   mismo ; el de la propia soberbia, que  provee la altura del pináculo de poder en el cual están. Hombrecitos…Deciden sobre los otros; sobre lo que estos opinan y sobre las verdades que objetivamente puedan mencionar. Ahora que convenga a no a los intereses propios o  a los de turno que sirven como  esclavos bien pagados… una gran verdad y que provoca lástima  en lo más profundo. ¿Y la verdad señores? ¿Les suena o les dice algo…? Al parecer ya no. Es más,  se  ha convertido en un  elemento más del “ quita y pon” actuales y de esta manera se va abandonando el territorio que nunca se debió dejar como tierra de nadie…y así la cadena. Se renuncia a todo aquello en lo  que no debiera  claudicarse, ojalá, nunca.
Con esta situación tenemos entonces asuntos que no  son verdad publicados como tales;  hechos verdaderos tergiversados  difundidos solo en parte u oblicuamente-lo que no es fortuito- hechos que mueren  en el silencio total y no se informan. Grave.  Bueno, así podríamos preguntarnos el mundo y su realidad es como nos la presentan?  Está claro que no. De aquí  que  no es de extrañar que vivamos hoy en los tiempos de las incertezas, la duda y las relatividades . Estos editores de hoy contribuyen en gran medida a  ello.  Una responsabilidad  indelegable e irrenunciable. Sus consecuencias las pagamos todos… mucho más allá de que simplemente no nos publiquen algo, que en sí, poco importa realmente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario