Por sus ojos pasa todo lo que se redacta ( y publica o
difunde en un medio) y llega a ellos.. Cortan el pan y las cabezas de cada día. Sí señores. Es de
esperar que cuando lleguen al otro lado, sea el cielo o el infierno o el
centro centro : purgatorio, puedan seguir ejerciendo tal labor o menester
con la misma dignidad y elegancia desclasificadora y discriminadora. En muchos
casos miope y cobarde a veces. No sea cosa, que deban allá- donde quiera que
sea- declamar a viva voz todo aquello
que sí era verdad, pero acá por no tan encomiables razones ;o
si se quiere “humanitarias “ o económicas causas,
declinaron hacerlo. Será una sanción
no solo concreta y reparadora para el redactor afectado, sino además
útil para que ellos crezcan en humildad y veracidad frente a los hechos
que se supone deben difundir frente al público al cual se supone sirven. “Sólo
a la verdad” se deben en este cometido.
Claro, aunque esto hoy en los medios de comunicación y en las redes corre grave peligro, si no es
ya acaso constantemente vulnerado…total como cada uno posee su “propia” verdad
la cosa ha perdido real importancia. Más bien parece una declaración de
principios sacada de algún empolvado museo o de una probeta criocongelada . ¿Ficción?
No, la realidad pura que habla por sí sola.
Muchos editores han
vendido su alma y misión periodística al mismo demonio de turno y sino
a sí mismo ; el de la propia
soberbia, que provee la altura del pináculo
de poder en el cual están. Hombrecitos…Deciden sobre los otros; sobre lo que
estos opinan y sobre las verdades que objetivamente puedan mencionar. Ahora que
convenga a no a los intereses propios o
a los de turno que sirven como
esclavos bien pagados… una gran verdad y que provoca lástima en lo más profundo. ¿Y la verdad señores?
¿Les suena o les dice algo…? Al parecer ya no. Es más, se ha
convertido en un elemento más del “
quita y pon” actuales y de esta manera se va abandonando el territorio que
nunca se debió dejar como tierra de nadie…y así la cadena. Se renuncia a todo
aquello en lo que no debiera claudicarse, ojalá, nunca.
Con esta situación tenemos entonces asuntos que no son verdad publicados como tales; hechos verdaderos tergiversados difundidos solo en parte u oblicuamente-lo
que no es fortuito- hechos que mueren en
el silencio total y no se informan. Grave. Bueno, así podríamos preguntarnos el mundo y
su realidad es como nos la presentan? Está
claro que no. De aquí que no es de extrañar que vivamos hoy en los tiempos
de las incertezas, la duda y las relatividades . Estos editores de hoy
contribuyen en gran medida a ello. Una responsabilidad indelegable e irrenunciable. Sus
consecuencias las pagamos todos… mucho más allá de que simplemente no nos
publiquen algo, que en sí, poco importa realmente.
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