sábado, 12 de mayo de 2012

Madres


 Nos dieron la vida  en un acto de amor y fe  únicos,  fundados en  la entrega  y esperanza infinitas.  Sin medida ni cálculo. Ellas cambiaron su vida para siempre: cada cuatro horas. También nos llevaron con ellas nueve meses en su cuerpo para luego traernos a  la luz no sin dolor y  con  desbordante conmoción y alegría.
Todo eso y además una preocupación-por lo general- para siempre  por cada uno de nosotros.
 Entrega  y amor sin medidas . Sin pago de horas extras, sin evaluación de daños ni indemnización de  perjuicios… lo dan todo   a cambio de nada seguro… puras posibilidades y futuras;  puras buenas vibras y buena onda diría un adolescente. Una confianza absoluta en la esperanza de lo que será  e incluso en algunos casos contra toda esperanza: cuando nadie espera nada,  ella siempre lo espera todo, Su  corazón de madre es la garantía que opera y  el que mueve montañas.   Aunque los hijos deban   también  experimentar la dureza de esa misma madre cuando hubo motivos para exigirlos  y corregirlos, pues eran necesarios . Exigencias de ese mismo amor cumplido a cabalidad.  Su dimensión infinita  lo exige.  Lo es a fin de lograr su cometido y   que ese hijo llegue a término en su vida  humana. Desafío a alguien me muestre  otro caso semejante…Creo no  equivocarme al decir que no existe otro   de igual incondicionalidad y entrega .
La M de madre, sinónima  a la de milagro(como dice la canción).No por casualidad la misma M de María. Mujer frente al cual  me inclino con reverencia , admiración y profundo agradecimiento, siempre. María es un faro que irradia a todas o a al menos a muchas madres de esta tierra. Su ejemplo es potente  e interpela siempre.
Hoy desafiadas y vulneradas, muchas madres  persisten  en su real vocación . En su fidelidad .  También a una tarea sobrenatural y de santidad si se quiere. Esa  que se construye en medio de largas horas de cuidado, angustias , penas y alegrías. Todas  necesarias. Muchas mal comprendidas, juzgadas y medidas con parámetros que no les hacen justicia porque evalúan con variables finitas  un índice que no lo es. Es su antítesis: entrega y amor infinitos siempre, a todo evento…¿cómo se mide aquello?  No tengo la respuesta, pero la planteo.
En un mundo que solo habla del yo , lo mío  ,lo tuyo, aparece esta  humana luz que conjuga el nosotros. El tú en primer lugar y bastante más atrás el yo,  al cuadrado.
Ella posterga  y o  postergaba  muchas veces el legítimo derecho a hacer muchas cosas  determinadas , por y para ellos. Para que  crezcan y lleguen a la plenitud humana. Así es.  Esta  lógica vital” inequitativa”…  es la misma  que  esgrimen las feministas y abortistas para volcar toda su amargura en contra de la mujer y su más propia e indeclinable misión y vocación.
En medio de un  mundo competitivo, egoísta a ultranza  es la madre la que principalmente congrega a los suyos evitando que todo se disgregue y muy precisamente en el hogar. Ese lugar único. Para él y en él   ella forma y moldea los corazones, los afectos de quienes más quiere: sus hijos. Garantía y prenda del amor que le ha sido encomendado aquí en la tierra a fin de que algún día lleguen  a conocer al verdadero amor cerrando un círculo infinito  pensado desde  siempre así. Ella es parte importante de él. Y, como tal tiene una nobleza e investidura especial y única;    la del amor incondicional.
Animos para renovar una vez más ese incondicional- sí- y concretar  en la tierra el Amor pensado desde siempre en un plan infinito,  para todos y cada uno de los que venimos a este mundo .
¡Gracias a mi madre de la tierra! ¡Gracias a mi madre del cielo! Dos amores únicos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario