martes, 29 de mayo de 2012

Un gran desconocido.


Sopló fuerte el viento este fin de semana en todo el país. Muchos quedaron damnificados  producto de esta  fuerza  natural. Y ésta  misma, pero sobrenatural , y a la inversa, positiva ,  es  la que  celebramos en esta fecha   los bautizados . El Espíritu Santo y la fiesta de Pentecostés. Los que formamos  la iglesia y,  que como nunca , necesita  un quicio firme que la sustente, eleve  y perfeccione.  La que hace  que seamos un  solo  cuerpo unido por un mismo espíritu que  lo vivifica y santifica.  Una  gracia  más   recibida  por pura  infinita gratuidad.
Rara característica   para los tiempos que corren. Más curioso aún,  que  reconozcamos que le conocemos poco o que de frentón  lo ignoramos porque nunca lo hemos tratado. 
Increíble.  El hombrecillo moderno que aspira y cree saberlo todo…Una lástima darse cuenta que entre más  sabe o intenta  aprender ,   a la par ,  aquilata cuán ignorante  es. Una verdad del tamaño del universo. Rotunda.   Un” ubícatex” inmediato en la finitud de la que estamos hechos y acicate   también , para  superarnos a pesar  de las  propias limitaciones ;las  piedrecillas  del camino y también las flojeras de turno; las excesivas ocupaciones no  esenciales y  el poco sosiego. Todo  atenta  e impide hacer  el silencio  y  la calma  necesarios para que la vida  se decante.   Así como las pozas que forma la lluvia por todos lados. Estas nos reflejan lo que somos y como vivimos.  Igual nuestra vida   debiéramos poder ponderarla en lo profundo del alma   . Tomar  perspectiva y observarla  tranquila  y desapasionadamente  .Las  preocupaciones, los anhelos , los amores, las rabias, las injusticias ,los absurdos y todo lo que ocurre en ella. Justamente,  tratando  más a menudo a este gran desconocido con  el que siempre  hemos contado -aún - sin saberlo…
“Cada vida es un punto de vista sobre el universo.” “ En rigor lo que ella ve no lo puede ver otra. Cada individuo-persona, pueblo,  época- es un  órgano insustituible para la conquista de la verdad…”
Y , es la verdad,  la que aquí parece llamarnos a viva voz a cada uno. Por el  nombre propio : con vocación y misión propia, única . Actores  principales son la profunda libertad  y  la responsabilidad.  Contamos  y  nos debemos  a ellas , para actuar  en concordancia   con el amor de Dios.  Y,  no de acuerdo  a los  egoísmos y caprichos; tampoco a la ceguera personal de los  apegos  y miopes gustos  del yo-yo…tan vigente.  Opuesto completamente a la libertad interior     que emana de  nuestra  unánime voluntad    con el querer de Dios “Amar a Dios no es una obligación,                                    pues su esplendor y belleza son tales que amarle es una felicidad infinita. Dios es el bien infinito, amarle no coarta nuestra voluntad, sino que” ensancha” infinitamente el mismo corazón.”
Suena raro hablar de estas cosas hoy ,pero parecemos necesitarlo. Qué diferente sería todo y todos , si cada uno  de nosotros tratara- siquiera de vez en cuando- a este gran desconocido: el Espíritu Santo.
Este  sopla donde quiere,  pero para aprovechar sus múltiples gracias tendremos que ser dóciles. Como diríamos hoy estar en sintonía o conectados  a la FM divina. Atentos.  Cultivar esta cualidad. Medio hermana de la humildad  y  la sensatez,  para estar abiertos y receptivos al querer de Dios encarnado en nuestras propias vidas. Cosa -que a veces -produce naturalmente  resistencias ,reticencias y rebeldías … es la tierra de la que estamos hechos, al fin, la que porfía.  Por el contrario,  la disponibilidad a sus infinitas mociones  finalmente nos traerá una mayor fidelidad  en nuestra personal vocación . Más felicidad  y plenitud como personas. También de acuerdo a -la lógica divina- probablemente  vendrán mayores gracias. ¿Cuáles? No lo sé.  Serán las que  Dios estime necesarias para ir realizando  las mociones que El vaya  suscitando en cada uno de  nosotros.  Así   siendo  fiel  en lo poco….con mayor razón podremos serlo en lo mucho.
Qué falta nos hace conocer  y tratar  a esta tercera persona de la Santísima Trinidad. Será  nuestro  ayudante eficaz.  También  aliado en el  crecimiento personal  sobrenatural en medio del mundo.
 En ese nada fácil del día a día ,  con el que lidiamos todos, querámoslo o no.   Y,  ese mismo ,  en el que concretamos la divinización de nuestra vulnerable y precaria  humanidad.    






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