martes, 26 de junio de 2012

Hora de la Inquisición


                                                        
Los tiempos cambian. Y las verdades también. Una paradoja . Lo que antes fue inaceptable hoy campea en boca de todos y ya vamos para no inmutarnos ante tanta “nueva verdad” que surge aquí en nuestro país.

Por otra parte siguen en el “stage” público los encantadores de serpiente de uno y otro signo. La idea, como siempre, imponer a las masas sus ideas y vender la pomada. ¿Insólito? No . Lo ha sido siempre y se cumple ahora una vez más. Sea para justificar los intereses de turno, lo que ya perdieron legitimidad o de frentón agregar nuevos ingredientes   a esta sopa nacional . Sea porque antes no se aceptaban o sea porque  se busca a través de ellos distraer la atención masiva de los verdaderos y urgentes temas que debieran saltar al tapete público.  O aquellos que esperan  por mucho pero sin una voz fuerte que los empuje. Naturalmente éstos no son avalados por aquellos que detentan el poder político y económico. Sería una factor “desestabilizador” del sistema y modelo. A  buen entendedor…pocas palabras.
Se rasgan vestiduras por todos lados con tal de mantenerse a flote. Y no hablo  de capitanes o marineros a punto de perder su buque. Parece ser  tarde para eso.

Es un espectáculo interesante de observarse. La capacidad camaleónica como mencionó alguien por ahí que tiene el ser humano. Navegar le llaman algunos. Sobrevivir en buen castellano. Sea en el mundo de las legitimidades  y/o el de los bolsillos. Es la ley de la vida y, finalmente, principios más o menos, lo que sostiene y empuja al mundo, al quehacer del hombre en él y su constante inventiva para ello. No juzgaré  intenciones ni moralidades al respecto. Sólo constato hechos reales hoy.

Así como la reinvención, parece necesaria, también lo es la creatividad pura al más puro estilo trend topics o RV (red virtual). La realidad contingente   se ha convertido justamente en eso: una pantalla y como tal tiene mucho de espectáculo y apariencias. Se venden imágenes de lo que se quiera. Increíble. Todo va al mismo paradigma y para vender estas imágenes todo “ les es  lícito…” 

Fútbol, realities ,  estudios de mercado, conferencistas internacionales traídos a Chile, comisiones varias para investigar lo que se les ocurra so pretexto de lo que se quiera y así  suma y sigue.
Sin embargo nada de todo este aparataje también mediático y persuasivo tendrá asidero real en las verdaderas intenciones si no se va a los asuntos de fondo involucrados en toda esta maraña de marketing político.

Es lo que los chilenos simples y de a pie esperamos: gobierno del país. Más que una estruendosa y aparatosa puesta en escena de tanta bulla, espumante y rimbombante episodio,  mientras bajo ella borbotan y ebullen  asuntos de peso y sustancia específica sin  resolver. Aquellas que bien podrían  producir una inquisición con quema incluída de esos mismos encantadores de serpientes que se “confundieron”. Cayeron embobados bajo el adormecedor sonido que emitían sus víboras a las que  debían encantar y domar. No obstante, sucumbieron a sus monódicos sones y  terminaron  tiradas por ahí  sus flautas conductoras. Así ellos se quedaron dormidos y ellas  se fugaron a la libertad más completa. Un mundo paradojal.

Una inquisición que no convence y donde los verdugos terminaron ajusticiados por su propia desidia  autocomplacencia y puesta en escena. 

Más aún sobre expuestos a pleno sol y al descampado sin importar ni la sed ni la oscuridad de sus almas en un mismísimo infierno que pocos conocemos realmente, pero  que al igual que el mercado tiene plazos y pagos que deben  hacerse: éstos no esperan y acumulan intereses, solo que en materia social y política  tienen efectos inconmensurables. Dignos del más puro e hirviente  y chirriante infierno: requieren de aguante, pero sin esperanza:  desafío no menor en todo hombre y sin recurso de apelación. Digno de una inquisición realmente. Digno de la mejor puesta en escena. Digno del ser  o no ser finalmente.

sábado, 16 de junio de 2012

El arte de elegir



Era un antes y un después. El efecto de ponerse o no esos anteojos. La verdad saltaba ahí  de sopetón frente a frente.  Sí, era ella misma. La  que se había enamorado alguna vez y por la que  habían dejado atrás  una vida  bien diferente a en la memoria del tiempo.
Pareció ser lo único importante entonces. Cuarenta años atrás  ambos  habían abandonado  largos años de soltería.   El con un carácter algo silencioso, tranquilo y tímido, pero profundo . Pausado  en su modo de ser y hacer.  Tomaba su tiempo para todo y de algún modo esto  lo hacía un habitante sui generis en medio de la vorágine del tiempo actual en el que le  tocaba vivir. Y, era esta calma , la que le permitía apreciar muchísimas cosas que los demás no percibían ni de lejos.
Ella, por el contrario, más inmersa en la inquietud de la existencia, se dejaba llevar por los trajines y apuros de la sobrevivencia del día a día. De este modo podría decirse se complementaban bien. A pesar de que de un tiempo a esta parte, la convivencia se había dificultado. Fuera por el paso del tiempo en  cada uno, sea por los caracteres.  Nunca nada fáciles;  también  por las demandas de lo cotidiano  y las pocas facilidades de esa misma  vida. Todo contribuía  poco a hacerles llevadera la existencia.   No  parecía haber opción .
Ella constataba como su cara se arrugaba y  sus extremidades  se rigidizaban .En fin todo lo que antes fue fácil se hacía ahora difícil. Incluso alcanzar una taza para el desayuno en lo alto del mueble de la cocina. Hasta eso se había hecho algunos días algo empinado y agotador. Arreglaré estos muebles se dijo hablando consigo misma. Se daba ánimos . Si no lo hacía ella nadie  lo haría. Esto   era algo tan real y verdadero como el mismo sol que  veía amanecer todas las mañanas por su ventana.  El mismo que infundía en ella  una  sana y renovada esperanza en cada día que arrancaba ahí en la madrugada. Esa hora preciosa ,  auroral en que se juntaban en ella todos los pensamientos, las inspiraciones y las energías   para  enfrentar el día que  empezaría a agotar sus fuerzas físicas luego.  Es  la vida, pensó.
Pasaba   muchas horas  sola. Sea porque el marido no estaba. Sea porque veía poco a sus hijos; cada uno  de ellos demasiado ocupado en hacer  su propia existencia.  El  que sí  la acompañaba era su perro,  compañero fiel de muchas horas.  Con quien más de una vez se descubrió conversando en   amenos  monólogos. Se rió  de buena gana al constatarlo.
Pero era mejor eso que vivir en un silencio permanente cuando necesitaba compartir con alguien. Aún estaba viva. No era un mueble más del inventario de esa casa . Y contra  esa realidad que la rondaba batallaba cada día. Era como afirmarse a sí misma que seguía viva, a pesar de los años.
Hay  verdades que hoy se cacarean por todos lados…pero les falta médula  para ser tales, pensó.  Quiero decir que  hoy todos  las emprenden lavándose la boca con el uso de la verdad como si fuera una pasta de dientes o un enjuagatorio bucal para calmar las  incertidumbres y los relativismos. Los adecuados para justificar todo tipo de incertezas, ambigüedades o conveniencias de turno. Pobrecilla: mal te  tratan y pocos te defienden  con el coraje necesario. Pues hay que “ desnudarse” para ello . Ah y a eso nadie  o casi nadie está  dispuesto. Al menos en lo intelectual y valórico. Opinión, convicción se las llamaba hasta algún tiempo atrás. Finalmente, desprenderse de lo poco y nada que protege a la intimidad o lo poco que nos va quedando de ella. Hoy, donde  todo se  permite,  todo  se justifica en aras de informarse e informar a otros acerca  de las interioridades  de algunos. Da lo mismo quien sea. Si es presidente, si es una nana de Chicureo, si es un obrero. Todo va a la misma olla. No importa a qué costo. No está en discusión. Todo a la parrilla  de  la copucha, la estupidez  e insaciable morbo de  la  poblacis cuando lacabeza quehacer. Mla¡o que ponemos laas mujeres y muy mal agradecido. Solo Dios me imagino ver dunos. No importa a quón  o de la mayoría. ¿Quién es ésta?  Buena pregunta .
Ella no hace sino pedir más de lo que se le da todos los días .A toda hora y en todas las formas. Es un monstruo insaciable. Exige , más y más. Es  lo que esta sociedad ha creado  a punta de dar afrecho a muchos. Estos ya no distinguen nada de nada.
Mientras ella pensaba ,  se dio cuenta que había dejado hirviendo  el agua hace demasiado rato. Le pasaba a menudo. Había decidido aceptarlo.. Su naturaleza  divagadora definitivamente   no congeniaba  ,las más de las veces, con los tiempos o”timing” del  ser  “dueña de casa”. Lo había terminado por  aceptar. Su marido, a regañadientes. La vida otra vez, se dijo confirmándoselo  a sí misma.
Sonó el timbre. Abrió  el portero eléctrico. Era un técnico  a quien esperaba ya hace varios días. Una vigilia más de tantas,  para que esa casa y sus máquinas funcionaran adecuadamente. Asunto no banal cuando a cada uno hay que esperarlo  3 o 4 días para  que vengan al domicilio, hagan  el presupuesto y vuelvan  dignarse a  regresar otra vez ,  para arreglar el susodicho y bienaventurado aparato en cuestión.  No dista mucho del infierno del Dante  el asunto éste.
Paciencia y dignidad debemos desarrollar las  mujeres hoy. El trabajo doméstico siempre monótono, aburrido e indispensable. Mal reconocido ,  mal valorado . Solo Dios  pareciera aquilatar  este tedioso quehacer. Más cuando la cabeza  está justo en el área opuesta de lo pedestre y rutinario. Es una escisión espiritual definitiva y sangrante. Causa desazón porque el tiempo es uno y  las demandas internas por hacer actividades totalmente antagónicas es urgente. Fatal. Solo cabe hacerlo de madrugada robándole horas al sueño matutino .  Así la vida misma, sin poseía ni metáforas.  Y luego el aterrizaje brutal durante el día de los miles de bostezos que reclaman esas horas de sueño faltantes. Pero era necesario dedicarlas a lo que realmente alimenta esa alma: la de esa dueña de casa. Paradojal si se considera que ella es cada vez menos dueña  del oficio en cuestión y no por capacidad, sino por real interés. ¡Dios! Un descubrimiento del porte de una catedral. Y, de las medioevales. Esas  que demandaban varias generaciones para ser construidas, Así de magnífica y prolija era su construcción y el empeño  que ponían los hombres de entonces para dedicárselas a Dios.
Hoy ni una hora  le dedicamos a “este caballero” los días domingos. Cambia, todo cambia. También  esperemos dedicar cada día menos horas , a lo que no nos gusta Sí,  muchas a lo que  nos  encanta; a lo que nos hace  feliz,  finalmente.





viernes, 8 de junio de 2012

Reinventar la” vieja sociedad” de la ayuda mutua.


 Soplan nuevos vientos  y traen una vez más ,  muchas buenas y antiguas hojas a la plaza pública de los asuntos del mundo   actual. Al hombre mismo y a todo aquello que se incuba en su propio corazón: sus más caros anhelos.
 Ahí están las familias. Iglesias domésticas , las llamó alguna vez, Juan  Pablo II.
Se reunieron en Milán. Venidas de todo el mundo bajo la convocatoria de la luminosidad renovada de la fe. Haciendo un urgente llamado a dar esperanza en un mundo que parece-muy a menudo-  haberla perdido. Donde las certezas han sucumbido. Incluso,  la de tener un trabajo digno , frente a una crisis económica contundente  cernida prácticamente sobre todo el orbe.  Las primeras afectadas son siempre las familias. Y aquí  aparece  también el llamado urgente a los gobiernos de cada país a velar por las políticas sociales y de empleo muy preferentemente. No sólo el mercado, regulador de oferta y demanda será el que determine las vacantes de trabajo. Parece indispensable  que los estadistas con visión humanitaria y social se adelanten a lo que muy probablemente vendrá: la cesantía.
Lacra del siglo XXI y de los anteriores. Sin trabajo el hombre  pierde uno de los trípodes de  su esencia en el ser parte activa de este mundo. Su ser cocreador y corredentor con Dios, pero en medio del mundo se ve truncado irremediablemente cayendo  muy a menudo en una espiral de desintegración personal y familiar.   Si el sujeto no logra  obtener  una remuneración que le permita vivir a él o ella y su familia en forma  digna- al menos- .
No solo los gobiernos son los llamados a prestar la necesaria atención y colaboración eficaz. También quienes  tienen mayores recursos y la capacidad de generar trabajo para otros. A ellos muy especialmente les cabe una honrosa, única y especial responsabilidad ética, podríamos llamarla.  A tener un  corazón también generoso y magnánimo para dar y darse a otros que lo necesitan. Para  producir oportunidades de promoción social, de desarrollo para el país y también de crecimiento humano,  inseparable de los anteriores. Todos son gestores de cambios en la sociedad actual y les cabe un papel protagónico. La historia dejará consignada las grandes acciones y también las graves omisiones en este sentido. En este mes del Sagrado Corazón de Jesús  no me cabe la menor duda que también quedaran grabado a fuego -en su corazón de padre- todas estas buenas obras (anónimas y silenciosas, muchas ). Y, a su tiempo,  también  El sabrá premiar a quienes así han obrado en consecuencia. Son los tiempos de Dios y también la actual situación   es un signo de los tiempos.  Los logros fantásticos en avances de todo tipo, pero también las profundas incertidumbres en todo lo relativo al corazón y esperanzas más profundas del hombre. Sea porque no encuentra  las respuestas adecuadas; sea por que la incerteza e inseguridad  de todo hoy día va obligándolo a  dar un paso más allá. Ir hacia  el abandono en la voluntad de un Dios –Padre- . Cuando   el ve  que ha puesto todos los medios humanos, pero al parecer no basta… es  ahí cuando deberá acudir a sus reservas espirituales, tal vez en desuso,  tal vez no aprovechadas  hasta llegar a descubrir todo un nuevo mundo: el de la fe siempre vigente, siempre renovada. Esa que no la afecta la polilla. Tampoco está sujeta a la moda ni menos a lo políticamente correcto de  el momento vigente. Es siempre una  luminosa y esperanzadora  buena nueva.  Responde  a las acuciosas preguntas y necesidades del hombre y su familia  hoy. Le da razones para vivir y perseverar en el empeño por vivir una vida mejor: con sentido y también con profunda esperanza.
La actualidad parece volver a lo más propio del hombre: a su sociabilidad. Al llamarlo a colaborar no solo en su propio desarrollo sino también  al de otros. A prestar y prestarse con su persona, tiempo y capacidades  para él ser mejor persona y también lograr que muchos otros por su intermedio puedan también serlo. Y, muy especialmente,   con una dimensión de humanidad profunda.  Todos estamos  llamados a colaborar cada uno según sus propias y particulares características y capacidades:¡ nadie sobra en la ayuda mutua!


miércoles, 6 de junio de 2012

La hormiga y el elefante.


                   
Ella, pequeña pero persistente, si no, qué va,   no sobrevive. Puesta frente al elefante por su  solo tamaño  es post.mortem  o al menos en grave peligro de serlo. El paquidermo,  a su vez, enorme y por lo mismo algo torpe,  se impone por volumen y peso. No así necesariamente por el uso de la masa encefálica.
Lo mismo podría decirse sucede hoy   en nuestra sociedad liberal y productiva . El simple consumidor signado con un número y con sus cuentas al día  frente a las empresas  grandes e impersonales, muy blindadas  ,  que “prestan” un   servicio cualquiera. Bien atrincherados detrás de” calls”  centers, verdaderos fosos  circundantes , los que el cliente hormiga debe vencer aún  a  fuerza de  subirse en una catapulta para acercarse a  los dominios  y poder empresariales y sus innumerables  prerrogativas frente  a las  minus valoradoras  fuerzas de las pequeñas y tenaces hormigas.
Son los nuevos feudos de la modernidad,  así como muchos otros.   Crecen, se consolidan y  perduran en  una  sacrosanta y total “independencia” o desentendimiento de la persona del cliente y sus necesidades. Esta solo es rota naturalmente para cobrar puntualmente e incluso   antes de la fecha de vencimiento de cada mes la respectiva cuenta. Y,  ay , si el cristiano o ciudadano llega a atrasarse. Ahí comienza a sufrir la persecución  en toda su brutal embestida moderna y actual.; digna de la mejor saga de “star wars”.  Con la tecnología desplegada en su máxima   variedad. La cruzada  en contra del “infiel” deudor.
Al ser sorprendido a poco andar cuando el cliente descubre que el servicio contratado no es tal o al menos falla muy a menudo. ¿Qué hacer? ¿ante quién acudir?  ¿Cómo exigir lo que corresponde? Pues se   ha contratado un servicio y se paga por él. Sin embargo  la empresa en cuestión no lo cumple, o al menos no lo hace en forma regular y adecuada: acorde   al  tenor  del servicio estipulado en el contrato.
Ahí comienza recién la peregrinación del cliente( hormiga) en la búsqueda primero de la solución práctica de su problema: obtener el ser vicio por el que está pagando. Luego a punta de paciencia, ingenio  y perseverancia solo eso: persistir contra viento y marea contra todo evento del mas variado tipo de obstáculos (da para escribir un buen  libro…) y finalmente llegar a concluir  que hay que ponerse “ lanza en ristre,” para ser oído-al menos- en la defensa de los propios derechos. Lo que no es menor. Es aquí cuando uno constata –materialmente- que uno tiene el tamaño de una hormiga y a quién hay que exigir es un verdadero elefante. Sea  por su tamaño; por su caballería blindada; por sus fantásticos relacionadores públicos; su espíritu “corporativo” o por último por su subrepticia ,pero implacable guerra en contra –a como de lugar- de  esa hormiga ciudadana , que intenta hacer valer sus derechos. Insólito. Es este mundo actual: súper comunicado entre quienes detentan cierta clase de  “ atribuciones” y otros- una inmensa mayoría- que  también  posee  ciertos derechos que quiere hacer valer; porque corresponde , cueste lo que cueste. Una minoría amurallada frente a una mayoría bastante inerme, vulnerable y vulnerada. Es la impotencia de la hormiga frente a estos elefantes consagrados por el mercado y protegidos por él.
Sin embargo , hay algo que los elefantes no han contemplado ni pensado en su  paso y enorme poder  gregario y amurallado y,  es que las hormigas poseen una  organización y también perseverante laboriosidad para lograr su subsistencia y objetivos. . Lo que ellos por el contrario, a pesar de su enorme porte y peso,  al quedar solos-aislados-    son vulnerables. Muy vulnerables…incluso frente a una persistente hormiga. Inversa en porte; más , paradojalmente , no en fuerza.
Esta no es solo física. Y es ésta la que probablemente sea su gran aliada y acicate, finalmente. Y no hablo de la de color  “rojo”.  No.
Hablo de la que  vence en el buen combate. No  la  de la fuerza bruta;  ni la del   tamaño; tampoco la  de la ideología  carmesí .  Pienso en la  de la racionalidad, la justicia y la  equidad . También por qué no decirlo,  la  del orden y equilibrio. La de la armonía ,  al fin. La del bien,   por último.  Así con las pequeñas hormigas. Necesarias.