Se respira un aire helado. La pátina del tiempo impregna la arquitectura digna, noble de un tiempo pasado en el lugar que nos acoge. Por un momento me sentí partícipe de la escena de una película sepia. Antigua,
entrañable y también algo “pasada de moda.”
Muchos de los ahí reunidos eran
parte de un tiempo transcurrido. Una generación que comienza ya un viaje
de vuelta. En la hora de los recuentos
vitales ; de las historias personales que cada uno ha construido y , dentro de
ellas, lo que les tocó
vivenciar como parte de un país que ya
fue. Con sumas y restas .
Vivir en el pasado a nada
conduce; aferrarse al futuro que aún no existe, menos y preocuparse por él dirán otros tampoco parece ser oficioso. El
hoy, finalmente lo único cierto y
real, semeja ser lo adecuado y
también para muchos lo único políticamente correcto…¿lo será tan así? Es
la instantánea con validez y plusvalía del color.
Una hermosa arquitectura, facilitó la reunión. Pero tengo
mis dudas si el paso del mismo tiempo en esas mentes ahí reunidas,-algunas muy
lúcidas- condujeran hacia algo concluyente en lo que interesaba realmente. A
no ser que se tratara de muy buenas intenciones , mejores anhelos y una
iniciativa idealista y loable. Pero el sepia es ya sólo cine arte. A menos que el argumento mostrado a través de él sea consistente
y universal(atemporal), me temo que esta cinematografía irá solo a una buena cineteca especializada. Ahí ,
sí será útil. Enseñará una época, un modo de ver. Servirá para
comprender ese lapso y sus
circunstancias. Será, tal vez, arte. Testimonio gráfico de un tiempo ya ido. Y con algo
de nostalgia en muchos de los que ahí opinaron.
También, envejecer
“bien” se ha dicho es un arte. Más en una sociedad
donde la juventud y todo lo que ella
entraña está hiper valorado.
“Todo tiempo pasado fue mejor.” En este caso habría sido
interesante hacerles la pregunta a
ellos. Al cálido sol que brillaba esa mañana habría sido bueno pedirle que su claridad iluminara a los ahí
congregados y que recompusiera todos los
pedazos del tiempo ya ido. Que aclarara
lo expresado dentro de las coordenadas
del paso y dinamismo del tiempo. Las circunstancias cambian y la realidad contingente del mismo modo. Los
credos , las costumbres , las personas y,
los afanes ya idos, muy
probablemente también.
Esta experiencia
quedó retratada en sepia. Un paneo rápido para recordarnos que el tiempo
es inexorable; no se detiene. Mostrarnos
que cada tiempo tiene sus luces y sombras. Y , cómo siempre , las personas
tienen necesidad de ser oídas, acogidas y reconocidas en su circunstancia, en su propia historia.
Esta, junto a muchas otras, que esa
mañana quedaron capturadas en una misma
placa fotográfica. Fidedigna, testimonial, hermosa y sepia de un tiempo ,
que ya no volverá.
La antigua arquitectura rezumaba antigüedad, tradición
. Calló una vez más. Observó a los
nuevos concurrentes . Los oyó hablar del
tiempo ido. Sepia.
El mismo que ella conoció al ser construida
y la retrató otras tantas. Cuando se intentaba capturar al tiempo en una imagen y en
ese intento – aún- había arte.
Hoy, he podido ver y “oír” esta reunión vía “Skype”. El
sepia y el internet llegaron en un instante a mi computador. Recuerdos sepia del futuro .
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