No basta con los mecenas interesados o simples benefactores.
Las ideas no son lacayos de las utilidades.O mejor dicho creatividad y utilidades abrochan en forma distinta. Cuando se da esta dinámica la creatividad deja de ser exclusivamente eso y se transforma en un encargo a pedido a cambio de algo.
La inspiración toma otra dirección y ya no es libre en el sentido más estricto.No vale menos. por el contrario pasa a tener valor de mercado. Lo que cambia el asunto y nos encontramos frente a" la cuadratura del círculo.".Parte de otro presupuesto para la creación. Y podríamos decir que deja de tener un valor hasta cierto punto infinito. Pasa a ser algo acotado y delimitado con las consiguientes señaléticas propias.Ya hay un trazado y recorrido si se quiere preestablecido. El creador de lo que sea pierde esa libertad y riesgo que toda creatividad libre entraña.
Opuesto y radicalmente diferente de la creación espontánea y pura, ésa que no se debe más que a sí misma y su propia búsqueda.
La libertad creativa es un vuelo sin amarras ni condicionamientos externos., Un territorio infinito regido sólo por los límites de la estructura propia y única del que inventa algo. Tan amplio y restringido a la vez.
También en aras de la mal llamada libertad creativa surgen obras insólitas, monstruosas, maravillosas con la misma variedad que está inserta en esa realidad, de la que el creador toma y capta el material necesario para producir algo. Misteriosa alquimia finalmente.
Por último habrá que diferenciar las buenas ideas y la creatividad. ¿Qué y quién determina lo que son buenas ideas y cuáles no? Relativo,no es simple determinar cuál será el parámetro calificador. ¿Será sólo la utilidad? ¿lo que está de moda? ¿ lo innovador y rupturista? Comenzarán ahí a diferenciarse las áreas que pueden ir desde las tecnologías hasta llegar al arte más puro,conceptual pasando por toda la gama creativa que finalmente sin libertad nada produce.
Nada que aporte al propio creador y a quienes conocerán esa obra sea por el gozo espìriitual que provoque , sea por las utilidades que reporte al bolsillo del que
la patrocina.
Y así habrá que distinguir lo que es arte de lo que no lo es. Hoy en que medios y fines se han mezclado no será extraño encontrar que la creatividad más pura haya caído "subyugada" producto de esta mescolanza lamentable. Aunque a veces la subsistencia de los propios creadores la haya hecho -a pesar de ellos- incluso necesaria . Hasta cierto punto ¡lamentable!
Todo tiene un precio diría el ciudadano de hoy, Incluso la creatividad. No es infinita.Por el contrario es escasa.
Más valiosa aún en un mundo gastado en todo y que encuentra en el reciclaje una fuente novedosa del quehacer humano. tendría entonces con mayor razón un plus que deberá conciliarse sin traicionar lo que le es más propio y esencial: la irrestricta libertad creativa. La del acto creador en sí mismo.Ahí sí, caben todas las ocurrencias producto de ella.
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