Recibió ese apodo por
el número de su incubadora. Era ése en el hospital en China donde fue llevado este niño de dos kilos trescientos. Encontrado en
una cañería de retrete donde fue expulsado al nacer.
¿Temor a un segundo hijo de parte de la madre? ¿Egoísmo o
locura?¿ Accidente? ¿Pobreza?
Sea lo que haya sido
no fue una buena bienvenida . Pero la
vida y su fuerza quisieron más para él.
Las circunstancias, la suerte, el destino dirán otros.
En China la
natalidad es “un problema” para el estado y ha penalizado los nacimientos de los segundos hijos y los nacidos mujeres en sus provincias campesinas especialmente se
les mataba abiertamente. Hasta hace muy poco .
Un país con mucha mano de obra barata, poca regulación del
trabajo y la contratación y donde una gran cantidad de niños y jóvenes laboran
largas jornadas. Es parte del explosivo crecimiento de la China de hoy. Una que rompió los moldes hasta hace poco
rígidos no solo políticamente , sino
también en lo económico y cultural. El gigante asiático enfrenta una evolución
sorprendente no solo en lo interno sino
también en sus relaciones con occidente. Así el impacto de sus demandas por materias primas en el exterior producen
una notable oscilación de las monedas,
mercados y niveles de las balanzas comerciales de los países que les exportan .
Sí , China ha dejado de ser solo un país extenso y hermético
en todo sentido.
Y, su población un
factor de aprehensión en su territorio . No solo para el estado chino sino
también para el mundo. Muchos de ellos están emigrando a los países
desarrollados en busca de mejores horizontes de vida, educación y otros rubros. Y los mercados occidentales
decaídos en búsqueda de clientes lo saben.
En las décadas de los 70 y 80s emigraron muchos árabes con
recursos económicos de los emiratos productores de petróleo dominantes de entonces.
Y era común observar en el mismo Paris,
, a un jeque bajar de un lujoso auto con
cuatro o cinco mujeres cubiertas con sus
trajes típicos y entrar a una elegante casa de modas en la capital francesa Y,
salir luego ellas cargadas de elegantes
bolsas de finas y afamadas marcas de
alta costura.. Hoy el panorama se repìte. Hoy se trata de chinos adinerados que van en
busca de todo aquello que occidente les ofrece para sus rebosantes bolsillos y
que no encuentran en su milenario país. Educación, suntuarios y mucho más.
Sin embargo para 59 la situación confirma que en materia
de derechos humanos y en los esenciales
éstos no han sufrido la misma evolución positiva. Al contrario, más bien , confirma la cosecha producto de largos años de una política estatal antinatalidad sus consecuencias
dramáticas. A la vez la pobreza e ignorancia que continúa existiendo en las provincias del interior chino y que no disfrutan del progreso observado en
las ciudades importantes. Al menos el que occidente muestra en sus medios. China
y su cultura milenaria parecieron levantar cabeza y asomar también al mundo. No solo por su explosivo
crecimiento sino por su humanidad que aún conserva a pesar de haber sufrido
ataques sistemáticos a ella. Primero por
sus largos años de dictadura comunista ,
alienante y por sus revoluciones
“culturales” que no buscaban por cierto en primer lugar la promoción humana de
esos chinos sino una hegemonía
aplastante del partido sobre las libertades más básicas, la vida y el pensamiento de los chinos por muchísimos
años.
Acá con 59 parece triunfar la libertad y el derecho más esencial . La solidaridad, el
auxilio hacia otro- más débil y vulnerable- y su socorro a pesar incluso de
posibles sanciones y represalias. Triunfó lo más humano de esa cultura milenaria.(El respeto
por la vida, especialmente de sus ancianos y niños) Aquello
que la hizo insigne. Y que hoy se manifiesta en la defensa de la vida en
este niño 59.
Fue sacado del ducto a punta de serruchos hasta oír el llanto de un nuevo ciudadano chino al salir del
forado hecho en la tubería.. Uno que llega a un país cambiado. Muy diferente
del que conocieron sus abuelos. Distinto como para ser tirado en una cañería de
retrete. Tal vez por pobreza, tal vez por occidentalización.
Y ..quien sabe , 59 podrá ser, tal vez, un Lang Lang
que deslumbre con su virtuosismo
en el piano el día de mañana o un Mo Yan que nos relate historias que suceden
en los campos de sorgo rojo. Un Huawei que
proyecte estructuras asombrosas como un nido.
59 nació para quedarse .Ya no en una China hermética y aislada por su larga
muralla ,sino en una, en la que despunta
y asoma lo mejor de ella: su
evolución y creatividad innatas insertas
en un sostenido desarrollo económico unido a una
tradición propia, única , milenaria. Una
que defiende finalmente sus valores. Su identidad única e inconfundible. La que la hace situarse en el concierto internacional de hoy como una nación pujante poseedora de
ventajas y un potencial de desarrollo únicos. Unos que van más allá de los fríos cálculos económicos. Son un pueblo
asombroso. Su historia lo demuestra y hoy no es la excepción. Incluso con un pequeño pero fuerte 59.