Pobreza y miseria no son sinónimas.
Cuando un país no reconoce en la vida un valor supremo e
inalienable ni en la honradez ;la palabra empeñada ; la capacidad de disentir
de muchos ;la falta de verdad en la apreciación y en los juicios; el egoísmo en
la convivencia y la indolencia parece
que hay que preocuparnos. O mejor dicho: ocuparnos.
Para revertirlo. Para buscar la verdad guste o no guste a
muchos o algunos.Para desentrañar las verdaderas causas de los malestares
personales y sociales que aquejan a una
sociedad en un momento dado. Producen miseria en ella. La que no siempre es acorde a los índices de pobreza ni
mucho menos a los de riqueza. Y he aquí
la mayor paradoja. Mientras más se tiene materialmente –muchas veces-mayor
miseria se llega a adolecer. Y, por el contrario,tantas veces,es admirable
constatar y conocer personas pobres materialmente ,pero que tienen un tesoro
inapreciable en ellas: riqueza inmaterial. Quiero decir
dignidad,humanidad,bondad ,sabiduría para vivir. Creencias,valores condensados
en una vida concreta interior y de relación con los demás. También plasmada en
el modo de expresarse,en la forma de trabajar y de superarse y también en la
vida de relación con los otros. En la familia que se construye y también en la
calidad de los vínculos que se crean con los demás al pasar un buen rato.
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Cuando los gobernantes y titulares
llaman con grandes letras al crecimiento de los países. Sólo cabe
preguntarse sí,pero ¿para qué? Porque el crecimiento por el crecimiento lleva rápidamente a la soberbia,la competencia
descarnada y a la locura más extrema. Cuando lo hacen es un crecimiento ¿ para
todos? ¿con todos?¿en todo sentido? Parece que no.
Es aquí cuando nos
encontramos con el crecimiento sólo a favor de unos pocos o el
mismo, de unos en desmedro de otros o simplemente el abuso de poder proveniente
de la acumulación que otorgan las fuerzas del éxito económico. Y es aquí donde comenzamos a
encontrarnos con las dos caras de una misma moneda, con los rasgos de la miseria humana. La que
produce este estado de cosas; la que finalmente lleva a las personas a ser
relegadas a una condición de tales: míseros.
La que aborta la equidad
entendida como el derecho de todos a un acceso igualitario-al menos-
para lograr una condición mínima humana- respetable para desarrollarse y
desarrollar lo que les ha sido dado en potencia a todos por partida igual.
Cuando unos califican y otros no para ingresar al sistema de
oportunidades estamos mal. A menos que
sean condiciones muy objetivas medidas luego de un acceso y uso posible y
racional de las oportunidades. Sólo ahí cabe alguna selección. Y,muy regulada a
fin de que sea justa y equitativa. De otro modo se corta el hilo siempre
por lo más delgado,también por lo más injusto. Lo que nunca debió ser en
estricto rigor.
También aparece la miseria cuando unos detentan supuestas
verdades absolutas en el orden temporal intentando aplicarlas como vara y
medida de toda consecuencia y lógica. Diferente es tener determinada opinión.
Legítimo. Defenderla ,también. Incomprensible resulta por tanto por
ejemplo,cuando asuntos de la exclusiva competencia nacional,propias del
gobierno interno,queden entregadas y más,sean revisadas por entidades
exteriores y éstas se atribuyan facultades que no poseen en la política interna
de las naciones.La autonomía soberana no se transa,ni se entrega ni menos
se da para ser revisada por entidades
supranacionales y más en materias que son determinantes del tipo de sociedad y
su proyecto que nosotros los chilenos debemos formular. Así de simple.
Cuando la violencia causa muertes inocentes-aunque sea por
razones de género- hay miseria. También
cuando miles de personas lo pierden todo como consecuencia de estafas
practicadas por cadenas
comerciales;cuando no se respeta por modesto que sea un contrato de
cualquier particular; cuando se engaña al usuario de un servicio indispensable
con los costos del servic io que se le
ofrece y así…la cadena es larguísima.También cuando se cobra por estacionar
por media hora y fracción… sí. En todos
estos actos puede haber honradez y seriedad y por lo tanto desarrollo en
términos de avance o puede haber abuso;triquiñuela legal y lucro.
Son muchos eslabones imperceptibles que parten por la
responsabilidad y honestidad personal hasta desembocar en un desarrollo
integral,humanizado y equitativo para un país. Estos podrán generar círculos
viciosos o virtuosos. Y de ahí la gran diferencia en la que podrá terminar un país: siendo pobre o mísero.
O también desarrollado con pobrezas que superar,pero no
mísero y desarrollado.
¡Vaya paradoja! Y…lamentable. Pero es revertible: estamos a tiempo.